Situada a las orillas del lago Ouareau en Saint-Donat, una casa inspirada en los paisajes del norte de Canadá se instala en la tranquila atmósfera del Montcalm con un arquitectura que recuerda el casco de un barco; un espacio que con sus pistas de esquí y esquí acuático, proporciona entretenimiento a sus ocupantes.
La vivienda se construyó entre una carretera y el lago, lo que le proporciona privacidad y espacios áreas comunes alejadas del bullicio de la vida, donde se dispuso una parrilla y un horno para pizzas.
Su diseño, que aparenta ser un gran prisma de madera oscura sobre una base mineral, esconde en su interior un techo curvo de madera que se despliega por todo el espacio; la luz solar penetra en el espacio a través de las partes elevadas del mismo. El nivel superior alberga dos dormitorios; mientras que en la planta baja hay una sala de estar, un sauna y las habitaciones de los niños.
Desde su terraza, se aprecia a plenitud el amplio paisaje de Saint-Donat; se han integrado mosquiteros para disfrutar del clima de la zona todo el año. La casa ha sido construida con materiales sencillos que rinden homenaje a la naturaleza de su entorno.