La topografía fue el principal reto de Casa CAB, ya que el terreno presentaba una caída de 16 metros en pendiente. El objetivo fue llegar a la cota más baja, adyacente a la cañada, por lo que la casa tenía que desarrollarse en varios niveles para garantizar una bajada muy sutil en relación con el contexto.
La pendiente y el contexto natural del bosque remiten a los sitios y riscos en los que se descubren, en ocasiones, los prismas basálticos. Esta reminiscencia marcó las directrices para el diseño arquitectónico de este proyecto, realizado por Estudio MMX.
El esquema, en ocasiones introvertido, busca también relacionarse con el exterior por medio de patios y terrazas que van acompañando a todos los espacios en los diferentes niveles. Los materiales seleccionados –tabique negro y madera reciclada– se suman armónicamente al contexto natural que rodea la casa.







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Edición 73 | «El interior que nos construye» | Pedre


