15 abril 2019
La Catedral de Notre Dame | Su historia
El mundo entristece ante las pérdidas irreparables de la Catedral de Notre Dame en París. El incendio de este lunes marca un antes y un después en su existencia como monumento histórico. Las llamas se llevan relatos, cronología y obras de arte.
“Oculto en el campanario de la catedral de Notre Dame vive Quasimodo; aunque es amable y tierno, la gente lo trata como a un salvaje por la reputación que tiene de ser un temible monstruo a causa de sus deformidades físicas. Comienza a sentir afecto por Esmeralda, una joven gitana que lo trata amablemente y a quien decide rescatar cuando ella es sentenciada a una muerte injusta y van a ahorcarla. Pero los más cercanos a Quasimodo tienen otros planes para él y la gitana…”. Esta es una de las tantas historias –ficticia o no– que más hace referencia a la Catedral de Notre Dame, uno de los monumentos más representativos de la arquitectura gótica en París en el que la vivaz pluma de Víctor Hugo ambienta su famosa novela romántica Nuestra Señora de París.
Construida entre los siglos XII y XIII en la pequeña Isla de la Cité y rodeada por las aguas del río Sena, Notre Dame es uno de los edificios más queridos y visitados de París. Patrimonio de la Humanidad desde 1991, se caracteriza por ser una de las primeras catedrales góticas de Europa y por convertirse en un modelo para las construcciones medievales posteriores.
Lamentablemente este lunes, un incendio ha destruido gran parte del monumento; la noticia es trágica, pues el acontecimiento marcará un antes y un después para la catedral.
El interior del templo, dedicado a la virgen María (lo que explica el nombre de Notre Dame: Nuestra Señora) alcanzaba una altura de 35 metros. Su fachada principal siempre había sido un modelo de elegancia gótica, con sus dos torres macizas, un impresionante rosetón de 10 metros de diámetro, tres pórticos de acceso y una galería de estatuas a 20 metros del suelo. Uno de sus espacios más emblemáticos –gracias a la novela de Víctor Hugo– eran las áreas más elevadas de la catedral desde donde arbotantes, pináculos y un conjunto de peculiares esculturas de gárgolas formaban parte integral del espíritu del lugar. De hecho, las 54 figuras fueron el resultado de una restauración de mediados del siglo XIX; ubicadas en lo más alto de las torres, a 69 metros de altura, su visita era uno de los atractivos de la catedral después de subir casi 400 escalones.
La edificación de Notre Dame se hizo en una época de prosperidad económica para la capital francesa. Y así como Víctor Hugo se la adueñó para hacerla protagonista de su historia, es una realidad que durante su vida ha enmarcado momentos importantes, como las coronaciones de Enrique VI de Inglaterra durante la Guerra de los Cien Años y la de Napoleón Bonaparte en 1804 o la beatificación de Juana de Arco en 1909. Incluso durante la Revolución Francesa se llegó a utilizar como bodega de comida y tras la liberación de París en la Segunda Guerra Mundial fue el escenario de una multitudinaria misa de celebración el a la que asistió el general Charles de Gaulle.
Aún es muy pronto para reportar las consecuencias del incendio y lo que las llamas se han llevado con él, pero el mundo entristece ante las pérdidas –quizá inminentes– de fantásticas vidrieras que se encontraban en los interiores de la catedral, la mayoría del siglo XIX; así como de un extraordinario órgano fabricado por Aristide Caivallé-Coll, además de obras de arte como la ‘Piedad’ de Nicolas Coustou y sillería de madera del siglo XVIII. La aguja, donde supuestamente se han originado las llamas por trabajos de mantenimiento, medía 96 metros y ya se ha visto colapsar.