El día de ayer, a la edad de 95 años, falleció el destacado artista venezolano Carlos Cruz-Diez, pionero del arte cinético a nivel mundial. Su trabajo se extiende a lo largo de todo el mundo, desde París, lugar donde pasó sus últimos días, hasta Caracas. Sus investigaciones y propuestas han aportado al arte una nueva comprensión del fenómeno cromático, convirtiéndolas en unas de las más importantes en ese ámbito.
En sus más de 70 años de carrera artística, Cruz-Diez abarcó ocho investigaciones cobre la autonomía del color; su fascinación por este tema surge a raíz de la pequeña fábrica de botellas de refresco que montó su padre, donde descubrió el reflejo de la luz y el color gracias al impacto del sol en las vidrieras.
Estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, donde comenzó a experimentar con las teorías del color y sus matices, y rechazar el uso del color plano. Así llega uno de sus primeros descubrimientos: el color está en el espacio que nos rodea. En 1957, luego de un viaje a París y Barcelona donde expone sus primeras series Parénquimas y Objetos rítmicos móviles, establece en Caracas su primer estudio dedicado a las artes gráficas y el diseño industrial. En 1959 realiza las series Couleur Additive y Physichromie, investigaciones en torno a la realidad autónoma del color donde su gama cromática se reduce a sólo cuatro colores: rojo, verde, blanco y negro.
Es en 1960 cuando se instala de forma definitiva en París y expone en el Stedelijk Museum de Ámsterdam junto a conocidos artistas como Allan Kaprow, Alexander Calder y Marcel Duchamp. Ese mismo año participa también en la exposición The Responsive Eye en el Museum of Modern Art de Nueva York, exhibición que se considera crucial para la consagración del arte cinético.
De 1972 a 1973 Cruz-Diez ejerce como profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes y Técnicas Cinéticas en París y en 1989 se publica en Caracas la primera edición de su libro Reflexión sobre el color. En 1996 se inicia la construcción del Museo Carlos Cruz-Diez y en 1997 el artista es nombrado presidente del museo y miembro del Consejo Superior de la Fundación Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, que tiene como objetivo estudiar, difundir, coleccionar y conservar el trabajo de diseñadores y artistas gráficos nacionales e internacionales relacionados a la estampa y el diseño.
Luego de obtener la nacionalidad francesa, su familia crea en Panamá el Atelier Articruz y en 2011 e inaugura su mayor exposición retrospectiva Carlos Cruz-Diez. Color in Space and Time en el Museum of Fine Arts de Houston.
Su trabajo de investigación sobre el color abarca ocho investigaciones: Couleur Additive, Physichromie, Induction Chromatique, Chromointerférence, Transchromie, Chromosaturation, Chromoscope y Couleur à l’Espace; investigaciones que dan paso a una de sus teorías más importantes: “el color es una realidad autónoma que se desarrolla en el tiempo y en el espacio, sin ayuda de la forma o necesidad de soporte”.
Sus obras pueden encontrarse en el MoMA en Nueva York, el Tate Modern de Londres, Centre Georges Pompidou en París, Museum of Fine Arts en Houston y en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México, entre otros. Además, su gran aportación al espacio público se observa en lugares como el Aeropuerto Simón Bolívar de Caracas y el pabellón Inducción cromática por cambio de frecuencia doble faz, una obra que se encuentra en Mérida, Venezuela.