21 octubre 2025
Mario Schjetnan recibe Premio Oberlander por su trayectoria como paisajista
El arquitecto paisajista mexicano Mario Schjetnan y su firma Grupo de Diseño Urbano (GDU) fueron reconocidos con el Premio Internacional de Arquitectura de Paisaje Cornelia Hahn Oberlander 2025, otorgado por The Cultural Landscape Foundation (TCLF). La distinción celebra más de cinco décadas de trabajo comprometido con la justicia ambiental, la cultura y el derecho humano al espacio público.
Un reconocimiento a la visión paisajística mexicana
El arquitecto paisajista mexicano Mario Schjetnan y su despacho Grupo de Diseño Urbano (GDU) fueron anunciados como ganadores del Premio Internacional de Arquitectura de Paisaje Cornelia Hahn Oberlander 2025, otorgado por The Cultural Landscape Foundation (TCLF) en Washington, D.C.
El galardón, considerado el más importante en su disciplina, reconoce una trayectoria que combina arte, ética y compromiso social con el paisaje urbano. El premio incluye 100,000 dólares y un programa de dos años de actividades públicas destinadas a promover el valor de la arquitectura de paisaje en el mundo.
El jurado internacional, integrado por siete expertos que evaluaron más de 300 nominaciones globales, destacó que el trabajo de Schjetnan y GDU constituye “una obra excepcionalmente talentosa, creativa, valiente y visionaria”, que representa un puente entre lo estético y lo ético. En sus palabras, “en una era de mega ciudades y homogenización cultural, GDU es un fuerte referente de compromiso social y justicia ambiental, abogando por el acceso a la naturaleza como un derecho humano fundamental”.
 
        Una trayectoria que une ética, estética y memoria
Desde su fundación en 1977, Grupo de Diseño Urbano ha desarrollado un amplio cuerpo de obra que abarca México, América Latina, Medio Oriente y Estados Unidos. La práctica de Schjetnan se ha distinguido por su visión integral del paisaje como infraestructura social, ecológica y cultural.
Sus proyectos más reconocidos, como el Parque La Mexicana —un ejemplo de colaboración público-privada en un terreno postindustrial—, el Bosque de Chapultepec, el Parque Bicentenario, y el Parque Ecológico de Xochimilco, son muestra tangible de cómo el diseño puede transformar espacios urbanos en entornos resilientes, inclusivos y significativos.
En cada obra, el paisaje es concebido no solo como una extensión verde, sino como un concepto cultural que refuerza la identidad del lugar. Schjetnan lo expresa con claridad: “Pienso que el paisaje es ante todo un concepto cultural, y nuestros trabajos son diseños específicos para cada sitio. Si deseas desarrollar una nueva área urbana, tienes que empezar por un parque: ahí nace el sentido del lugar”.
 
         
         
         
        Proyectos que redefinen la relación ciudad-naturaleza
El legado de Schjetnan también se extiende más allá de México. En Estados Unidos, su trabajo en Union Point Park(Oakland), el San Pedro Creek Culture Park (San Antonio) y el Cornerstone Festival of Gardens (Sonoma) ha incorporado principios de regeneración urbana, restauración ecológica y memoria social, honrando la historia y a las comunidades locales.
 
         
        En México, su contribución ha sido decisiva para repensar los espacios públicos como parte de la infraestructura esencial de las ciudades contemporáneas. Obras como el Parque Bicentenario/Jardín Natura, que transformó una antigua refinería de PEMEX en un jardín botánico de ecosistemas nacionales, o el Canal de la Cortadura en Tampico, que devolvió vida a un frente de agua marginado, sintetizan esa visión de paisaje como herramienta de justicia ambiental.
 
        El derecho humano al espacio abierto
Durante el anuncio, Charles A. Birnbaum, presidente y director general de TCLF, subrayó el legado ético y pedagógico del arquitecto mexicano:
“Durante más de 50 años, el compromiso inquebrantable de Mario Schjetnan con la idea del derecho humano de acceder a espacios abiertos públicos, y la necesidad de incorporar valores culturales en su trabajo, han sido requisitos fundamentales para conformar y gestionar un entorno construido equitativo y bello para todos.”
Birnbaum añadió que Schjetnan y GDU han desarrollado “un cuerpo diverso e innovador de proyectos y teorías que impulsan un espacio público más justo”.
El propio Schjetnan lo ha sintetizado en una frase que hoy adquiere mayor vigencia: “Tenemos el derecho humano al espacio abierto público.”
Con este premio, la obra de Mario Schjetnan y su equipo no solo se inscribe en la historia del paisaje contemporáneo, sino que reafirma una convicción profunda: el diseño puede y debe ser una herramienta de transformación social, ecológica y cultural.
Design Films
 
							 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	