11 julio 2019
Cofran | Diseño, historia y familia
El proyecto Clásicos Mexicanos, recupera el trabajo producido por uno de los arquitectos más reconocidos de México: Armando Franco. Una colección de mobiliario que habla de colaboración y conocimiento multidisciplinario.
Clásicos Mexicanos, un proyecto llevado por Aldo Solano Rojas y Mónica Landa, presenta la Colección Cofran de Armando Franco, uno de los arquitectos más reconocidos de nuestro país, fiel amigo de Teodoro González de León y diseñador del plan maestro de urbanización de Ciudad Universitaria.
Nacido en 1922, en el seno de una familia de clase trabajadora, Armando Franco encontró gran parte de su desarrollo creativo en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se mudó a los 12 años. Tras estudiar en la Escuela Nacional de Artes en la Academia de San Carlos y explotar sus habilidades como dibujante y grabador, Franco decide cambiar de carrera y es así como en 1943 entra de lleno al terreno arquitectónico.
Hacia las décadas de 1960 y 1970, Franco comparte aulas con arquitectos jóvenes como Guillermo Rosell, Fernando Barbará Zetina y, particularmente, con Teodoro González de León. Su inclinación temprana por la optimización del espacio, el ordenamiento urbano y la innovación de materiales, lo llevarían en 1955 a trabajar en la fábrica de diseño artesanal e industrial coordinada por el artista José Chávez Morado situada en la Ciudadela. Es en este lugar que él y González de León instalaron su taller de muebles, mismo que vería el nacimiento de algunas de sus colecciones de mobiliario más interesantes, una de ellas es Cofran.
Cofran es prueba de la conjunción entre arquitecto profesional, artesano-obrero y cooperación familiar: las piezas que construyen los muebles de la colección fueron diseñadas por el arquitecto, quien cortó plantillas de tamaño real para que el maestro carpintero pudiese replicarlas en el torno; por su parte, las piezas de piel con correas fueron diseñadas por el padre de Franco quien era diseñador de zapatos. Finalmente, las fotografías de producto fueron tomadas por el hermano del arquitecto.
Esta serie se compone de 3 asientos y una cama, todos hechos a partir de los mismos materiales y escala, bajo ciertas variaciones y construcción modular de piezas de madera torneadas. El asiento, elaborado en piel de vaqueta, es tensada y fijada con armazones simples que complementan perfectamente el diseño de cada mueble, mismos que acentúan su calidad escultórica al paso de los años y el desgaste de los materiales.
La colección, producida por Clásicos Mexicanos, se encuentra en su galería de la Ciudad de México (Tres Picos 65, Polanco), en la que también se exponen y comercializan piezas de Ricardo Legorreta, Mathias Goeritz y Pedro Ramírez Vásquez.