Con una fachada discreta que se mimetiza con el resto del edificio y, a su vez, con la estética de las casas circundantes, Pan de Fuego del estudio poblano Dos Veintinueve Taller de Diseño, ha sido desarrollada bajo un concepto artesanal que conserva y realza la arquitectura original del espacio.
La propuesta del espacio se origina a partir del reconocimiento de los procesos bajos los que se elaboran los productos que se ofrecen en el local; se valoraron las preexistencias encontradas en el sitio, mismas que se complementan con el mobiliario: bancos altos de metal con asiento en retícula, estantería de madera gruesa, luminarias de cobre y barro y una mesa central tallada en madera clara en acabado rústico.
Los muros se desnudaron por completo para aprovechar los acabados originales. Además, se conservaron los mosaicos huicholes que recuperan la identidad y colorido de la artesanía poblana. Adolfo Lara y Griselda Arteaga, fundadores de Dos Veintinueve, consideraron primordial mantener la naturalidad del espacio, creando un ambiente que complementa y refleja la calidad culinaria de los productos.