Compacto pero abierto
Casa TH es una residencia diseñada para responder a las limitaciones de un terreno compacto de 8 x 18 metros en Guadalajara. Con una propuesta audaz, el proyecto, firmado por Nicolas Million y Gabriela Chávez de Taller Dinamita, se desplanta un nivel por debajo del suelo, convirtiendo el sótano en el principal patio de vida y reorganizando la lógica espacial tradicional.
        Acceso a través de la amplitud
El ingreso a la vivienda se da en planta baja, donde un espacio de distribución enmarca una vista a doble altura hacia la cocina y el comedor. Este gesto genera una sensación inmediata de amplitud y continuidad visual, estableciendo un vínculo claro entre los niveles desde el primer momento.
        Un sótano convertido en corazón de la casa
Al descender un nivel, se revela la sala de estar y una terraza principal definidas por una abertura de seis metros de altura en cristal. Esta gran apertura permite la entrada abundante de luz natural y conecta visualmente con la vegetación, diluyendo los límites entre interior y exterior. En este mismo nivel se encuentran el cuarto de lavado y una recámara secundaria, ambos ventilados e iluminados gracias a un patio interior secundario.
        Privacidad y continuidad en el nivel superior
En la planta alta se ubican las áreas privadas de la vivienda. Aunque se mantiene la separación programática, el diseño conserva una fluidez espacial que refuerza la unidad del proyecto. Los recorridos y visuales fluyen de forma orgánica entre los niveles.
        Concreto, acero y vegetación como lenguaje
La estrategia estructural responde a la estrechez del terreno: se eliminaron muros intermedios, dejando visibles los muros perimetrales de concreto expuesto como elementos principales. La honestidad material se expresa también en los pisos de concreto pulido y la estructura metálica, los cuales generan un contraste armónico con la vegetación que invade el espacio.
        Una arquitectura que disuelve los límites
Casa TH encuentra ligereza en la solidez. Aprovechando la luz natural, las dobles alturas y la vegetación, el proyecto juega con la percepción del sótano, convirtiéndolo en un espacio abierto, luminoso e integrado a la vida cotidiana. Así, la casa equilibra lo robusto y lo etéreo, lo contenido y lo abierto, en un ejercicio donde arquitectura y paisaje se entrelazan.
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