Si bien el plan inicial de este proyecto era crear un edificio moderno que contrastara con las estructuras circundantes, la autoridad local exigió la incorporación de elementos arquitectónicos de estilo Hui para preservar el estilo y las características antiguas de Bishan Village. En lugar de simplemente replicar un edificio tradicional de estilo Hui que no cumple con los estilos de vida contemporáneos, la oficina creativa diseñó un edificio que hereda el núcleo espiritual de la arquitectura de estilo Hui, e integra elementos tradicionales con formas y estilos de vida modernos.
La estrategia de diseño se mantuvo prácticamente sin cambios. Bajo la premisa de satisfacer la funcionalidad, se conservaron un árbol centenario y un antiguo pozo, incorporando patios en cada bloque de construcción. Este enfoque no sólo ofreció una rica experiencia visual en el interior sino que también facilitó una transición perfecta con el exterior de los edificios y una conexión armoniosa con la naturaleza.
En cuanto a las circulaciones, se incorporaron cuidadosamente giros y transiciones, tratando de ofrecer diferentes escenas con cada paso considerando el ritmo del espacio, el flujo de personas y las experiencias de visita. A medida que los huéspedes caminan por el espacio, ya sea avanzando, haciendo una pausa, subiendo o bajando las escaleras, pueden encontrar diversos sentimientos y experiencias que responden al “espacio”, el “tiempo” y la “emoción”, permitiéndoles percibir la diversidad y riqueza del espacio.
A diferencia del diseño de distribución convencional, la sala de estar pública y el área de recepción se colocaron en el centro del edificio, que se extendía e irradiaba por todas partes. Los huéspedes deberán pasar por la piscina, las escaleras y el patio interior antes de llegar a la zona de recepción. La ruta fue diseñada para que los huéspedes organizaran sus pensamientos y ajustaran su forma de pensar a lo largo del camino. El recorrido corto pero indefinido pretende evocar una sensación de novedad, estimulando la curiosidad y fomentando la exploración. Entrar en un espacio tan significativo después de pasar por los intrincados caminos rurales del exterior provoca una contemplación especial y una alegría interior.
La experiencia culmina en la terraza de la azotea y en la torre de observación, pasando de un espacio remoto y profundo a una vista amplia y repentinamente abierta. Desde estos puntos estratégicos, los huéspedes pueden contemplar las montañas distantes, observar el patio interior y contemplar los tejados. A través de esta secuencia de dimensiones espaciales, campos visuales, distancias variadas y elementos de diseño internos y externos, se ofrece a los huéspedes una experiencia visual dinámica.