23 octubre 2025
Glocal 86 | Ronan Bouroullec: la poesía del diseño en voz baja
En el Salone del Mobile 2025, el diseñador francés presentó una obra íntima y conmovedora. Con Poetica, Luce Sferica y nuevas piezas para Magis y Flos, Bouroullec reafirma su mirada empática y silenciosa sobre el diseño como acto de contemplación, resistencia y belleza.
Ronan Bouroullec no necesita de grandes escenarios para hablar. Le basta un gesto contenido, una pausa larga, una frase dicha como al pasar, pero que revela una manera profunda de habitar el mundo. En el Salone del Mobile Milano 2025, lejos del bullicio del diseño que se celebra a ritmo vertiginoso, el creador francés —que desde hace algunos años trabaja en solitario tras una intensa trayectoria junto a su hermano Erwan— se detiene a reflexionar sobre su relación con los materiales, con el tiempo y con la propia práctica del diseño. Habla desde un lugar sereno, casi íntimo, en el que conviven el dibujo, la paciencia, la duda y la materia.
«Vivimos en un mundo muy sintético», dice, como quien constata una pérdida más que una evolución. «Al menos en Europa, hemos dejado de tener una verdadera relación con los materiales. Eso es algo que extraño profundamente». En sus piezas más recientes hay una vibración casi táctil que invita al contacto; a ese deseo inmediato de tocar para comprender. «Hay superficies que parecen vivas, que son sensuales. Eso busco: que el objeto despierte algo en quien lo ve, incluso antes de entenderlo», manifiesta.
Esa vibración material cobra cuerpo en su colaboración con Cassina y WonderGlass, donde la tecnología y la artesanía dialogan con delicadeza. En la exposición Poetica, presentada en el histórico Istituto dei Ciechi, durante la Semana del Diseño de Milán, Ronan, junto con Vincent Van Duysen, desplegó un universo de vidrio fundido, cerámica esmaltada y papel pintado que redefinió la percepción sensorial del espacio. Los finos cristales suspendidos, casi como tapices translúcidos, se balanceaban con la luz y el aire. Frente a ellos, mesas y paneles perforados revelaban fragmentos de una narrativa visual que no se imponía, sino que susurraba.
Poetica no fue solo una exhibición de formas: fue una exploración del vidrio y el papel como vehículos para la memoria y la imaginación. Las piezas revelaron dimensiones ocultas a través de su interacción con el entorno. El vidrio trascendió su función. El papel pintado de Calico se convirtió en atmósfera, y la cerámica, en huella del tiempo. «Los materiales —dice Bouroullec— pueden convertirse en lenguaje, y transmitir emoción y memoria». Cada obra despliega nuevas capas de significado, en una narrativa que nace en la mente del diseñador, evoluciona en las manos del artesano y encuentra su máxima expresión en la mirada del espectador.
Conoce más de la obra de Ronan Bouroullec en la edición impresa de Glocal 86
Design Films