Hubo un tiempo en que los museos tenían sus propios rituales: el silencio, la severidad y el recelo eran parte de instituciones que nos heredó el siglo XIX. Museo de Geología
Sin embargo, algo cambió con el cambio de siglo. Hace más de dos décadas los agentes involucrados en los museos empezaron a ver hacia la comunidad y su contexto.
Museos abiertos a la comunidad
Los cambios se dejaron notar primero en los programas curatoriales y de mediación. Pronto quedó claro que estos no eran continentes aislados, sino que los museos están siempre en relación con la ciudad en la que se encuentran, con la comunidad a la que pertenecen y con la localidad que los emplaza. En ese sentido, y para conseguir estos objetivos, es que la arquitectura se volvió un tema fundamental para estas instituciones.
Quizá uno de los primeros ejemplos que hicieron evidente todo esto fue la reforma del New Museum, en Nueva York. Una construcción vertical ejecutada en 2007 por SANAA en donde la piel del edificio y su planta baja relacionan el interior con el exterior: con la calle y con la comunidad de Nueva York y del Lower East Side.
El todo y sus partes
Sirva esta introducción para entender la magnitud del statement constructivo del Museo de Geología (antes conocido como Museo del Meteorito) en Progreso, en el estado de Yucatán.
Esta edificación se encuentra frente al malecón de esa ciudad y fue proyectada y ejecutada por MMX, e inaugurada en 2022. El museo está compuesto por una serie de volúmenes que están ocupados por salas de exhibición; espacios de usos múltiples, de servicios, de investigación y de mediación. La nueva construcción también contempla oficinas, una bodega y una cafetería.
Los volúmenes están a diferentes niveles que se disponen en una retícula que cubre la plaza. De manera que se crean espacios habitables, pero también una cubierta que puede ser transitada de esquina a esquina.
Una plaza se organiza a los lados de un corredor y permite el acceso a las salas sin obstruir la perspectiva hacia el malecón. La plaza contenida permite además zonas con vegetación y sombra, y conecta las diferentes actividades del museo, pero sin desvincular el edificio de las dinámicas de la ciudad.
En armonía con el conexto
El Museo de Geología está cubierto en su totalidad por chukum (un acabado natural de origen maya), lo que asegura su durabilidad y el bajo costo de mantenimiento.
El diseño de los volúmenes permite recorridos acompañados de luz, sombra y vegetación, y esto les permite a los usuarios diversas experiencias. Pero no sólo eso, el programa arquitectónico evoca elementos de la arquitectura maya, y de la herencia colonial por medio de la traza.
Así, con el Museo de Geología, MMX sintetiza de forma consciente los aprendizajes locales con los planteamientos de arquitectura contemporánea, y los alcances que un museo debe tener en la actualidad.
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Edición 73 | «El interior que nos construye» | Pedre


