“Cuando llegué a México, hace casi treinta años, por casualidad me autonombré diseñador de interiores, pero debo confesar que no me fue nada bien; por lo que, durante algún tiempo trabajé como guía de guía turistas e incluso fui actor en una película. La verdad, mi carrera como diseñador comenzó hace unos 15 años, hice varias casas hasta que en algún momento me cayó el proyecto de hacer el restaurante Pujol (el primero) del chef Enrique Olvera”, explica Dirk Jan Kinet.
“Gracias a él, después hice otro restaurante en la calle de Moliére, en Polanco, para Plácido Domingo y así –poco a poco– empecé a creer en mí mismo y en que mi trabajo sí era bueno”, comparte el interiorista belga, cuyo estilo ecléctico mezcla antigüedades, piezas vintage de los 40’s a los 80’s, creativas luminarias, arte inquietante e ilimitados colores en sinergía con el buen gusto, armonía y cero pretensiones.
Así fue cómo el creativo se fue desenvolviendo y desarrollando otros proyectos residenciales, y comerciales, además de vender muebles estilo vintage que rescataba de las mercados de pulgas, dar clases en la Universidad Centro e impartir cursos de decoración para ayudar a las señoras a mejorar sus casas. “He hecho muchos proyectos residenciales de los cuales no he hecho mucho ruido porque a final de cuentas debo confesar que es una de las cosas que menos me gusta hacer.
Descubre más información sobre las motivaciones creativas de éste y otros interioristas en Glocal número 67, en el especial ‘El interior que nos construye‘.
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