06 junio 2025
El auténtico espíritu de Osaka: hotel W por concrete
Un emblemático rascacielos de 27 plantas, diseñado por Nikken Sekkei y con una fachada supervisada por Tadao Ando, alberga el primer Hotel W de Japón. Un sencillo diseño de monolito negro esconde en su interior un mundo extravagante, inspirado en las múltiples facetas de la ciudad de Osaka a través de la mirada del estudio de diseño concrete.
Cada Hotel W está diseñado para su ubicación específica, con diseñadores extranjeros invitados para ofrecer la perspectiva original de un forastero.
Para el primer hotel W en Japón, situado en el boulevard Midosuji, el equipo de concrete tomó como fuente de inspiración los paisajes, sonidos, sabores y emociones de Osaka: desde la sencilla belleza de los cerezos en flor y los ginkgos que bordean el boulevard Midosuji hasta el neón vibrante y el bullicioso paisaje urbano de Dotonburi, el distrito de vida nocturna de la ciudad.
concrete se inspiró tanto en lo simple y tradicional como en lo moderno, obsesivo y extravagante, creando un concepto de diseño de simplicidad que celebra el auténtico espíritu de Osaka.
La experiencia comienza al entrar en el largo túnel de bienvenida que arranca desde la entrada principal del boulevard Midosuji. Inspirados en las delicadas flores y el arte del origami, más de 3,000 círculos fueron cortados con láser en metal resistente y doblados aleatoriamente. Las luces detrás de la flor abstracta cambian de color con las cuatro estaciones y su intensidad varía del día a la noche, creando un portal mágico al mundo del W Osaka.






El recorrido continúa en el vestíbulo. Ahí, el patrón de Asanoha (hojas de cáñamo) fue la inspiración para el techo, el suelo y la escalera. Un techo sencillo, pero audaz utiliza una versión tridimensional a gran escala de este patrón geométrico tradicional, que se refleja en el suelo de granito, en 6 tonos de gris oscuro.
En un hotel estándar, lo primero que ven los huéspedes es el mostrador de recepción. En cambio, al salir del ascensor, los huéspedes del W Osaka ven inmediatamente el bar, corazón social del hotel. Para conectar y separar los espacios que sirven a los huéspedes del W Osaka en este piso, una cortina continua, blanca y transparente, con pliegues marcados estilo origami, fluye de aquí para allá y de nuevo alrededor como una pantalla shoji interminable.
Los huéspedes pueden relajarse (y observar a la gente) en la sala de estar del hotel, una mitad interior y otra exterior. Sobre el salón interior flota una nube de lámparas rectangulares, colgadas vertical y horizontalmente a diferentes alturas.
Luces blancas de neón en zigzag brillan a través de las formas acrílicas translúcidas, en un homenaje desaturado a la vibrante vida nocturna de Osaka. Es como si los colores del neón hubieran goteado sobre los muebles, dispuestos del morado al rosa, del naranja al amarillo, del azul al verde.













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