Casa Soluna se desarrolla en una de las ciudades de mayor propuesta inmobiliaria del país: Mérida, en Yucatán. Para concretar el proyecto se echó mano de importantes arquitectos expertos en el entorno, por lo que Augusto Quijano diseñó el programa arquitectónico, mientras que Sofía Aspe realizó la propuesta de interiorismo.
Sofía Aspe, detalla en la memoria descriptiva del proyecto que «fue un gran reto para el estudio, al ser éste un proyecto totalmente al exterior expuesto a la alta salinidad y clima caliente de Mérida. De ahí que nuestra propuesta giró alrededor de materiales que envejecieran bien con el tiempo.»
La Casa Club se encuentra dentro del Fraccionamiento Soluna, una espectacular comunidad planeada de 69 hectáreas que integra extensas áreas verdes, dos Casas Club, zonas comerciales y parques recreativos.
Sobre el interiorismo, el despacho de Sofía Aspe eligió una paleta suave en colores rosas, beige y grises para la terraza principal que está techada, y en tonos azules, verdes y rojos para la terraza al exterior. Los materiales que se utilizaron tanto en acabados como en mobiliario son terrazo, Mármol, barro, el bejuco, cuerdas, telas de exterior, papel tapiz vinílico y concreto.
En Soluna hubo un espacio importante dedicado al arte, la curaduría fue realizada por Beatriz Posada quien propuso obras contemporáneas en materiales que sobrevivieran las inclemencias del exterior. En recepción, por ejemplo, se buscó agregar un toque de regionalidad incorporando pisos de pasta en la barra y en el muro para hacer referencia a los pisos de las antiguas Haciendas en Yucatán.
Para la barra del Bar se eligió un mármol travertino facetado y una Contrabarra de herrería de piso a techo con fondo de espejo, en el cual se incluyó macetas con vegetación y canastas de mimbre.