En Polanco, más específicamente en el número 232 de la calle de Hegel, se encuentra Bomboti: un espacio que refleja algunas de las tendencias de la creación actual: las colaboraciones, los materiales naturales y el respeto por el saber artesanal.
Durante dos décadas, MYT+GLVDK (Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque) se han destacado por generar proyectos de diseño, arquitectura e interiorismo; y por su visión interdisciplinaria y colaborativa: dos aspectos que están presentes en Bomboti.
Bomboti es un espacio de venta donde es posible encontrar lo mismo piezas de diseñadores y artistas mexicanos, que obras de maestros artesanos. Pero es mucho más que eso: también es un laboratorio en el que Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque comparten sus experiencias y asociaciones con diseñadores, artistas, alfareros, canteros, ceramistas y tejedores de México.
Un lienzo negro
Bomboti, el nombre con el que Regina Galvanduque y Andrés Mier y Terán han bautizado esta iniciativa, se inspira en la palabra otomí b’o,mb’ot’i, mbo’i, que en español significa negro; y en efecto, la gama de los negros predomina apenas uno accede a este espacio.
En palabras de Regina Galvanduque, «el color negro es el lienzo, el canva sobre el cual mostramos la belleza de objetos hechos a mano por artistas y maestros artesanos», y una celebración a la Tierra: «la Tierra que nos da todos los recursos a los diseñadores, maestros artesanos y arquitectos».
Si bien en la planta baja es posible encontrar una serie de objetos cotidianos, entre libros, productos gourmet, accesorios y papelería que expresan los viajes de Regina y Andrés por la República; la planta alta está habitada por una galería con una selección curada de mobiliario, luminarias, alfarería, ediciones limitadas de artistas, y piezas únicas, donde el hilo conductor es el material y la técnica.
La tradición como punto de partida de la experimentación
Pablo Cobo es el curador y el encargado de lograr que Bomboti comunique el statement que el equipo ha concebido para el lugar. «La intención es que no sea un espacio esteril, y que te ayude a entender cómo se relaciona el diseño con el arte y la artesanía».
Otro punto a destacar es que la expresión de Bomboti, según Pablo Cobo, incluye el espacio, «pero también todo aquello que lo habita», y esto se hace patente en el hecho que además de objetos, Bomboti también se relaciona con sabores y olores.
Si bien el equipo tras de Bomboti reconoce y respeta los saberes artesanales tradicionales, bajo su techo también dan cabida a numerosos diálogos que pueden surgir entre diferentes disciplinas, y a piezas experimentales de artesanos contemporáneos.
La colaboración como motor creativo
En palabras de Andrés Mier y Terán, Bomboti surgió como un espacio que les permitiera «hacer colaboraciones con personas que admiramos y con las que hemos trabajado. Queríamos crear un espacio que permitiera crear obra nueva y poder presentar esas colecciones al público en general».
De esa manera, en un futuro cercano el tercer piso exhibirá retrospectivas de los creadores que vayan invitando, pero sobre todo crear el preámbulo para presentar una nueva colección de Bomboti.
Los objetos de Bomboti están llenos de significantes e historias. Hay desde esculturas de Adrián Martínez del reconocido Taller de alfarería Bichuga Bigu, cerámica de la marca Ajo Negro, mobiliario de Taller Fernández, y la inquietante colección de muñecas de ENARCILLA, entre otros proyectos de muebles, textiles, moda, y un largo etcétera.
Así que ya sabes, si lo que buscas es enriquecer tu vida y entorno con historias, materiales naturales y la gran creatividad de maestros artesanos, diseñadores y arquitectos, visita Bomboti.