Exodus de Bolon: un viaje más allá de la realidad en Milan Design Week 2025
La experiencia de Exodus de Bolon: un viaje más allá de la realidad comenzó con un pasillo recto que guiaba a los visitantes entre dos mundos opuestos. A un lado, el suelo de baldosas verde oscuro en forma de espiga evocaba un bosque primitivo y vibrante. La vegetación ondulante, construida a partir de pisos textiles de Bolon, parecía emerger del propio suelo, dotando al espacio de una energía ancestral y robusta.
“Aquí, las profundidades de un bosque primordial se despliegan, pulsando con fuerza y vida”, explicó Bolon.
Las superficies orgánicas tomaban forma de criaturas poderosas, como extensiones naturales del paisaje.

Un universo onírico de luz y color
En contraste absoluto, el otro lado presentaba un suelo de baldosas en tonos de rosa empolvado y albaricoque, donde organismos similares a aves e insectos flotaban en un ambiente etéreo. “El paisaje se vuelve ingrávido, como un sueño suspendido,” describió la marca. Los visitantes atravesaban este universo soñado, sumergiéndose en una atmósfera luminosa, ligera y casi irreal.

La unión de dos mundos en una criatura mítica
Ambos universos confluyeron en el patio interior, donde una criatura escultórica suspendida sobre un estanque representaba la síntesis de los dos mundos: la fuerza terrenal del bosque y la ligereza del universo onírico. Este ser, creado con elementos de ambos lados, simbolizaba el corazón de Exodus de Bolon: un viaje más allá de la realidad.
La instalación fue fruto de la colaboración entre la artista JoAnn Tan y el diseñador industrial Luca Nichetto. Tras años de trayectorias paralelas entre Italia y Suecia, su encuentro creativo con Bolon dio vida a este ecosistema fantástico donde el piso textil se transforma en entidades misteriosas.

Un universo etéreo de luz y color
En contraste, el lado opuesto presentaba baldosas en tonos de rosa empolvado y albaricoque. Este universo etéreo estaba habitado por organismos similares a aves e insectos que parecían flotar en el aire.
“El paisaje se vuelve ingrávido, como un sueño suspendido”,
describió la marca, aportando un matiz onírico a la experiencia sensorial.
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