12 junio 2024
Anni Albers a 125 años de su nacimiento
Arte y diseño fueron conceptos fundamentales de la vida de Anni Albers, quien consagró buena parte de su vida al desarrollo de objetos, procesos y, sobre todo, a la enseñanza y formación de nuevas generaciones de diseñadores, especialmente gráficos y textiles.
El 12 de junio de 1899 nació, en Berlín-Charlottenburg, una de las mentes más innovadoras del diseño que el siglo XX tuvo: Anni Albers, quien fue impulsada desde niña a seguir una preparación académica en torno al arte, pasión que despertó por el contexto cultural que envolvía a su familia –de origen judío pero convertidos al protestantismo– que tenía negocios editoriales y de fabricación de mobiliario.
Tras una formación inicial en la academia de arte y arquitectura de Martin Brandenburgen y, posteriormente en la Escuela Textil de la Escuela Superior de Arte de Hamburgo, no fue sino hasta 1922 cuando Albers pudo entrar a la Bauhaus de Weimar, que había sido creada tan solo 3 años antes por Walter Gropius.
Los programas de la Bauhaus, aunque eran innovadores en cuestiones de formación en disciplinas en torno al diseño, resultaban aún poco beneficiosos para las mujeres quienes, por ejemplo, no podían matricularse en ciertos cursos como el taller de vidrio, al que Anni intentó acceder y no le fue permitido. Por otro lado, Albers ingresó al taller de tejido a cargo de Gunta Stölzl en el que concluyó sus estudios durante el periodo 1929-30, con una formación que para ese momento ya iba más allá del campo teórico y se había extendido ampliamente en el mundo práctico, desarrollando innovadores sistemas textiles que, gracias a la mezcla de distintos materiales, resultaban innovadores y beneficiosos para la industria.
En 1925 Anni contrajo matrimonio con Josef Albers, artista y pedagogo quien, al cambio de sede de la Bauhaus a Dessau, fue nombrado director de los cursos de iniciación.
El trabajo de Anni Albers como fabricadora de textiles rompió los esquemas de trabajo que contemplaba la propia formación de la Bauhaus al sobresalir en la integración de materiales como el celofán en técnicas clásicas de tejido como el telar o el Jacquard. Pero no solamente la innovación en materiales fue la gran aportación que convirtió a Anni Albers en directora del taller de tejido, sino los procesos industriales y técnicos para la producción en masa de esos textiles.
La inclinación de Albers hacia las artes, sobre todo hacia la pintura, –además de una severa artritis que no le permitía trabajar los telares apropiadamente– hizo que además de crear una carrera en torno al diseño de textiles, se dedicara al diseño gráfico innovando también en técnicas de grabado y serigrafía. Realizó numerosos diseños de estampados para telas que se convirtieron en éxito, sobre todo, a su llegada a Estados Unidos con el exilio obligado de Alemania con el apogeo del nazismo, en 1933.
Con su llegada al contente americano, los Albers viajaron por buena parte del continente, quedando fascinados sobre todo con los ejemplos textiles y de joyería prehispánicos en México y Perú. Ante ese asombro, Anni creo varios diseños de joyería con inspiración maya y también, algunas colecciones textiles donde buscaba reinterpretar las técnicas andinas de producción textil.
Anni y Josef Albers estuvieron juntos hasta la muerte de él en 1978 y formaron una de las parejas más reconocidas en el mundo del diseño por la relación complementaria –casi de hermanos– que tuvieron siempre. Anni Albers murió en Connecticut el 9 de mayo de 1994, a los 94 años de edad y siendo una de las mujeres más reconocidas –y premiadas– en el mundo del arte y el diseño del siglo XX.