El Centro Cultural Teopanzolco, proyectado por Isaac Broid + PRODUCTORA, se despliega frente a la zona arqueológica homónima, por este motivo, ambos despachos plantearon dos estrategias fundamentales: potenciar la relación con el sitio prehispánico y generar un espacio público significativo. El edificio del Centro Cultural, cuya área construida es de 7000 m2, se organiza a través de dos elementos, una planta triangular que contiene los programas públicos: vestíbulos, servicios, taquillas, guardarropas y auditorio, y una plataforma que lo rodea alojando las zonas privadas de operación: camerinos, bodegas, zonas de armado, entre otras.
Este año, el Centro recibió el primer lugar en el Premio Oscar Niemeyer para la Arquitectura Latinoamericana, distinción que invita a las obras más destacadas de esta región del continente casa dos años a participar, enfocándose a proyectos que previamente hayan ganado Medallas de Oro o de Plata en una Bienal Latinoamericana afiliada a la Red de Bienales de Arquitectura de América Latina (REDBAAL).
La selección correspondió a 104 participantes en total de los que se seleccionó una lista de 20 finalistas anunciada por el jurado el pasado 10 de octubre. Obras de arquitectura que se ubican en distintos países de Latinoamérica, como: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, El Salvador, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Venezuela. El Jurado Internacional estuvo compuesto por Cesar Shundi Iwamizu (Brasil) propuesto por la Fundación Niemeyer; el Arq. Fabian Farfán Espinosa (Bolivia) propuesto por FPAA; y los Arquitectos Carla Juacaba (Brasil); Carlos Jimenez (Costa Rica) y Jean Pierre Crousse (Perú) y el Presidente del Jurado Cesar Shundi.
Sobre el Centro Cultural Teopanzolco
La cubierta principal del Centro Cultural, la de planta triangular, está integrada por una gran rampa escalonada que baja sustancialmente el impacto visual del nuevo edificio y genera una gran explanada que funciona como la cubierta de la sala principal del auditorio, y contiene otra explanada más pequeña que es la cubierta del vestíbulo principal. Ambas plataformas, de forma triangular, descienden en direcciones opuestas y crean un juego visual de planos inclinados que puede apreciarse durante todo el recorrido. El vestíbulo principal tiene aberturas permanentes dispuestas estratégicamente que permiten una ventilación cruzada, evitando el uso de sistemas eléctricos de acondicionamiento térmico. El eje de composición de la planta triangular del acceso se dispuso intencionalmente en el mismo eje de la pirámide más importante.
La planta triangular está rodeada por una plataforma horizontal que sirve como mirador hacia la ciudad morelense y la zona arqueológica, del que destaca un gran basamento con una serie de patios, uno de ellos se hunde frente al acceso secundario del auditorio y crea un pequeño teatro al aire libre, ideal para generar actividades con una dinámica más fluida, conectada con el contexto arquitectónico y climático. Esta solución programática genera espacios exteriores diversos y resuelve accesos secundarios al interior del auditorio o a la misma plataforma.
El diseño arquitectónico del proyecto estuvo a cargo de Isaac Broid + PRODUCTORA (Carlos Bedoya, Víctor Jaime, Wonne Ickx, Abel Perles), con la colaboración de Gerardo Galicia, Pamela Martínez, Josué Palma, Alonso Sánchez, Rosalía Yuste, Antonio Espinoza, Diego Velázquez, Gerardo Aguilar, Lucrecia Sodo, Jesús Minor, Juan Pablo Pérez, Oswaldo Delgadillo, Mariana Toro, Valeria Alvarado y Eitan Vázquez. El diseño estructural estuvo a cargo de Colinas del Buen (Efrén Franco y Selene Cortés), las ingenierías: Taller M2 (José Madrid), además de la asesoría teatral de Alejandro Luna e Itzel Alba, la asesoría acústica de Cristian Ezcurdia y ARUP (Jaume Soler). El diseño de iluminación fue de Luz y Forma y la asesoría bioclimática fue de Bioarquitectura (Gerardo Velázquez Flores).