02 septiembre 2019
Santuarios a la intimidad
“Hoy se vale ser disruptivo en el interiorismo de baños y vestidores; ya no son el ‘espacio tabú’ dentro de la casa sino el lugar íntimo y personal, donde se privilegian la intimidad, comodidad e incluso la soledad”: Nadia Borrás, Directora de Diseño de Interiores en Sordo Madaleno Arquitectos
En las antiguas villas romanas los baños eran espacios expresamente dedicados a actividades lúdicas. Solían ser lugares de enormes dimensiones y a los que la gente les daba mucha importancia porque ahí pasaban largas horas, en aras de disfrutar tiempo de calidad para su sanación, purificación y restauración espiritual. “De repente nos volvimos más modernos y el baño se fue convirtiendo en un espacio tabú, en el lugar olvidado y escondido en algún rincón de la casa que en cuestión de diseño no tenía ningún privilegio y al que sólo se le veía como parte de los servicios”, cuenta Nadia Borrás, Directora de Diseño de Interiores en Sordo Madaleno Arquitectos (SMA).

¿Crees que el baño aún se ve como el ‘espacio tabú’ de una casa?
Por fortuna, en la época actual el interiorismo de los baños ha recobrado su importancia e incluso hay muchas más opciones en mobiliario y accesorios para armar proyectos espectaculares. “Creo que la hotelería ha tenido mucho que ver en este cambio de perspectiva, sobre todo porque es un espacio para el cual arquitectos y diseñadores pueden lucirse tanto en propuestas para interiores como de exteriores. Antes no sucedía mucho, pero ahora se montan baños y regaderas con vistas al mar o a la naturaleza, en lugares más abiertos y mucho más amplios e incluso que resaltan de otro tipo de rincones dentro de una misma habitación”, dice Nadia Borrás, haciendo referencia a uno de los proyectos recientes del despacho: una casa en las Lomas en la que el baño de visitas tiene una galería con obras de arte que lo hace parecer como un pequeño santuario a la intimidad, idea muy original y novedosa si se piensa que sólo se trata del baño para las visitas.

“Creo que la mayoría de las veces evitamos el uso de materiales rugosos o que absorban olores. La tendencia actual en acabados se inclina hacia el uso de piedras y maderas, jugando con tonos claros para que baños o vestidores se vean siempre limpios”.
Nadia Borrás, Directora de Diseño de Interiores en Sordo Madaleno Arquitectos

¿Qué detalles de diseño hacen especial a este espacio tan íntimo?
Hay lugares entre el baño y el vestidor que hoy en día suelen ser mucho más grandes que las recámaras mismas y con elementos de interiorismo, como barras de mármol y mobiliario personalizado, que hacen distintos a dichos espacios. Sinceramente, a los arquitectos nos gusta crear y diseñar cosas nuevas con materiales que encontramos durante el proceso de un proyecto, incluso nos atrevemos a proponer diseños especiales que sean como el ‘factor sorpresa’, digamos grifería que no es la típica que se usa en todos los baños o que los espejos no estén precisamente frente al lavabo o que las regaderas sean abiertas y sin puertas. Es decir, elementos que brinden ambiente a un espacio que sigue siendo íntimo, pero que ya no es sólo de servicio. La realidad es que cada persona es diferente en sus gustos y preferencias y que todo es válido. Hay quienes piden tinas gigantes, por ejemplo, y aunque son objetos increíbles, a veces ni se usan; o por el contrario, están aquellos que prefieren estar solos y no les gusta que los molesten cuando se están arreglando en el baño. Así que también depende mucho de la manera de vivir y de las costumbres de las personas.






¿En cuanto al uso de materiales también ocurre que ya no hay nada establecido?
Por regla general se busca que los materiales se acoplen a reglas de un mantenimiento accesible y que sean higiénicos. Creo que la mayoría de las veces evitamos el uso de materiales rugosos o que absorban olores. La tendencia actual se inclina hacia piedras y maderas en pisos y muros, y hacia el juego de tonos claros para que el espacio se vea siempre limpio. Lo relevante es que las gente dedica mucho de su tiempo a elegir el interiorismo de su baño, sobre todo porque es un lugar aún más personal que incluso una recámara; es curioso, pero le pone más atención a lo que guarda en el baño y a la forma cómo ordenará sus cosas. Quizá el punto focal es la iluminación, porque aunque puede ser de estilo muy romántico con luces tenues, la realidad es que también se necesitan luminarias que aguanten temas de vapor o humedad y para que las personas se puedan ver bien.

¿La dimensión de los espacios es otro tema que ha cambiado con el tiempo?
Sí, es cierto que hay estándares y que los arquitectos no podemos irnos a menos de esos ‘mínimos indispensables’ por comodidad y reglamentos sanitarios, pero hoy es muy notorio como se pueden destinar hasta villas completas sólo para hacer un baño con todas las amenidades imaginables. Esto se ve mucho en las grandes cadenas hoteleras y uno que otro restaurante”, cuenta la arquitecta. “Todo depende de cada proyecto y de lo que la gente quiera, hay módulos preestablecidos y también está la parte de quienes tienen el privilegio de ampliarse y hasta tener tina y alberca privada dentro del área de baño. Si los clientes lo permiten, creo que se vale ser disruptivo”.

Nadia cierra la plática con una singular anécdota de un viaje, donde tuvo la oportunidad de conocer los washlet (inodoros inteligentes), con asientos integrados con calefacción, control remoto, botones en los laterales para activar o desactivar ciertas funciones e incluso música para que esos momentos tan íntimos sean lo más discreto posible. “Son una maravilla y te hacen sentir en un ambiente inmejorablemente cómodo y aséptico”, concluye.



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