Instalado en el histórico Flower District de Manhattan, el nuevo Moxy Chelsea de Rockwell Group diseñado para el huésped de personalidad viajera, o bien, el joven y sofisticado conocedor de la ciudad se desarrolla entre ambientes de inspiración botánica e italiana, combinando capas de colores, materiales, patrones y formas.
En la planta baja se encuentra Feroce, un restaurante italiano decorado con delicados estantes de cristal y latón donde los tarros de caramelos italianos se resguardan. Organizado en una serie de salas que conducen a una terraza al aire libre, el restaurante conserva su techo abovedado que adorna con refinadas lámparas geométricas al estilo de Milán y Roma de principios del siglo XX.
Pasando por la cafetería y el bar de Feroce, los huéspedes entran en el comedor principal del restaurante, donde una gran ventana cuadriculada ofrece una vista a la terraza al aire libre, amueblada con asientos de 15 metros de largo y mesas de terrazo. Una puerta de cristal conduce al comedor privado, donde las paredes están decoradas con grandes carteles de licor italiano antiguo.
El estilo vintage se encuentra a lo largo de todo el hotel. En el segundo piso, el Moxy Lounge, un área de actividades para los huéspedes ofrece una experiencia urbana y un centro de reunión. A la derecha del espacio, el Winter Garden, en el que la vista se dirige hacia el corazón del Winter Garden, está encajonado entre una pared de 20 pies de altura y un acristalamiento en el que se destaca un conjunto de paneles circulares inspirados en las geometrías platónicas del Modernismo.
Cada área del Moxy Lounge está marcada por una variación en los suelos de terrazo, dispuestos en distintas tonalidades. Una pequeña sala de espera previa al ascensor funciona como un espacio de exposición de obras de arte comisariadas, que se extiende más allá de esta zona en donde se han dispuestos mesas y sillas personalizadas que se distribuyen alrededor de un horno de pizza.
La Sala Fleur, ubicada en el piso 35, acoge un pequeño e íntimo bar donde los materiales naturales como el hormigón en bruto se mezclan con el bronce pulido y los revestimientos de las paredes, que se observan en tonalidades claras. Una tenue iluminación indirecta refuerza las espectaculares vistas al Empire State Building y proporcionan un ambiente íntimo.
El bar de la Sala Fleur se presenta como una extrusión de bronce con un estilo chic italiano que se acentúa con réplicas de esculturas clásicas ubicadas en la sala de estar.