La historia de San Ángel se remonta a la época novohispana, cuando la Orden del Carmelo Descalzo estableció uno de sus más grandes conventos en el Pueblo de San Ángel, al sur de la Ciudad de México, que para esa época comprendía solamente el actual Centro Histórico.
Con el paso del tiempo y algunos cambios en la legislación de los bienes eclesiásticos, muchos de las antiguas propiedades de la iglesia fueron lotificadas para ser puestas a la venta. En el caso del Convento del Carmen, en San Ángel, muchas de estas propiedades siguen existiendo como en el caso de Magda, la más reciente creación de Ricardo Casas y Mario Espinosa.
Una vieja construcción del siglo XIX que conserva techos a doble altura y muros de ladrillo cocido y adobe, ha sido transformada por Casas quien, con la incorporación de luminarias y mobiliario contemporáneo muy bien seleccionado –y en la mayoría de los casos diseñado por él mismo– aunado a materiales como losetas en colores pastel y paredes pintadas de tonos vibrantes como el rosa mexicano o el azul rey, se suman instintivamente a la experiencia que por su parte, Mario Espinosa ha creado para la parte gastronómica.
Tomando como eje principal la fauna y flora del Río Magdalena que ha irrigado a la zona de San Ángel durante siglos y donde «Magda» toma su nombre, Espinosa ha creado un menú que incorpora elementos que mezclan la gastronomía tradicional del barrio, así como la gran variedad de productos resultantes del concepto principal: el río.
Tras experiencias pasadas que han resultado en éxitos rotundos como Madereros, Casas y Espinosa vuelven a unir su creatividad esta vez para adentrarnos a un lugar con el encanto de un barrio tradicional de la Ciudad de México, que muestra también lo mejor del diseño en interiorismo y gastronomía de origen nacional.