En el departamento en Privée de Taller David Dana, desarrollado en un espacio de 449 m2, los responsables apostaron por un diseño de estilo clásico con marcados acentos contemporáneos. Está ubicado en Cuajimalpa al oeste de la Ciudad de México
La particularidad de esta obra radica en que el despacho integró mobiliario y elementos decorativos nacionales. A través del uso de maderas de oyamel y nogal, han intentado brindar una sensación natural y cálida en el espacio, complementándose con el uso de materiales como el mármol travertino y detalles de concreto.
El programa arquitectónico se efectuó en una planta, aprovechando la amplitud del espacio original. Al ingresar por el acceso principal se encuentran los espacios de uso público: sala, comedor y bar, conectándose visualmente entre ellos, pero simultaneamente delimitados a través de detalles sutiles como el doble plafón en el comedor y la barra de concreto que resguarda la cava.
A través de ventanales, los espacios interiores y exteriores se integran adecuadamente mediante una terraza, optimizando la entrada de luz natural y creando circulación continua entre los espacios. A un costado de la sala comedor, se diseñó un elemento escultórico en concreto cuya geometría y construcción busca generar impacto visual desde cualquier posición, logrando un efecto tridimensional y un interesante juego de vistas y de sombras.
El family room es el punto central del proyecto, funcionando como un amplio vestíbulo que conduce a diferentes espacios del proyecto: áreas públicas, privadas, recámara principal y recámaras secundarias. Su multifuncionalidad y ubicación permite que el espacio forme parte del área publica o privada, dependiendo de su uso.
La conexión de este espacio con otras habitaciones se logra a través de un cristal inteligente y puertas de madera con abatimiento giratorio. La versatilidad de estos elementos permite que se adecúe a las diversas actividades que allí se albergan y ofrezca privacidad o apertura mediante la opacidad y transparencia del vidrio y la posición de las puertas.
Un mueble de madera lo acompaña, aprovechando su longitud, y en combinación con el cristal inteligente dirigen la perspectiva hacia el estudio privado, teniendo como remate la vista al exterior.
En la recámara principal la luz entrante hace que los colores de la madera se reflejen y cambien de tono en las diversas horas del día. El vestidor funciona como vínculo entre la recámara y el baño, permitiendo la conexión y división del espacio mediante mamparas giratorias. En el baño principal se formó una composición de lambrín de madera de oyamel creando un contraste con la estructura de precolados de concreto del lavamanos.