Paseo de la Reforma, el boulevard más importante de la capital mexicana, continúa ampliando su colección de propuestas arquitectónicas y de diseño de interiores En esta ocasión no es de la mano de una torre de oficinas o de uso habitacional, sino del restaurante de comida de mar Piedra Sal.
El mayor desafío al que se enfrentó VGZ Arquitectura, estudio encargado del proyecto y bajo conducción de Verónica González Zavala, fue trabajar sobre un espacio de forma irregular y el hecho de ubicarse sobre un primer piso.
En primera instancia el proyecto se enfocó en el acceso, para ello se diseñó una caja de madera que rodeara la escalera e invitara al usuario a subir para descubrir una gran terraza. Una vez arriba este material continúa siendo la gran protagonista del recinto a través de una pérgola.

El espacio se abre hacia los árboles de la calle y al cielo con una vista privilegiada hacia el Paseo de la Reforma. La terraza se presenta monocromática con todos los materiales en tonos grisáceos y madera. La barra, diseñada en latón de tonos dorados, se presenta como la elemento protagonista del lugar.
Todos los elementos fueron diseñados y fabricados ex profeso para Piedra Sal, el piso de concreto en tonos cenizos, el plafón de bejuco en ojo de perdiz y las lámparas de barro negro que de acuerdo con los responsables de la obra buscan transmitir elegancia y generar un ambiente fresco y acogedor.
















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