Vivimos en un mundo que no da un respiro. La gente camina con prisa sin ver a sus lados. Los noticieros nos cuentan en menos de 30 minutos todo lo sucedido en las últimas 24 horas y en ese lapso conviven: la economía, los negocios, el entretenimiento y, sin darnos cuenta, de pronto se nos informa sobre el número de desaparecidos en nuestro país, la cantidad de caídos en guerra, y para cerrar “suavemente” nos dan los resultados sobre alguna copa de fútbol. Sí, es de no creerse. Las noticias ya no nos sorprenden, pareciera que nuestra piel está demasiado curtida y acepta la fatalidad sin titubeos.
¿Por qué comienzo con esta realidad? Porque en mi pequeño mundillo no hay cabida para esos escenarios. Y cuando me detengo a escuchar el detalle de esa información o leo el odio y las agresiones que se dicen en redes sociales, elijo conectarme con algo que me dé más como ser humano y como profesional. Yo como mujer tengo la enorme responsabilidad de ser feliz para guiar a mi familia nuclear. Y mi ser profesional a su vez elige que el equipo que encabeza en Glocal Design aporte para lograr que nuestros canales sean un respiro de optimismo y de aprendizaje para nuestra comunidad. Hoy, observar y darse el tiempo para hojear un libro y, en nuestro caso, una revista, se ha convertido en un máximo placer. Cuando comenzó la pandemia, nuestro primer objetivo era regalar belleza y contar historias de vida a través del diseño para crear un eco de bienestar entre nuestra comunidad.
¿Por qué este comienzo? Sencillo: creemos firmemente que el quehacer creativo merece ser apreciado y debemos encontrar el momento para observarlo para posteriormente mostrarlo a ustedes, nuestras audiencias. Sí creemos en la agilidad de la información, pero defendemos el tiempo de reencontrarnos con las historias que tiene cada proyecto que publicamos, hacer una selección y encontrar el hilo que los une. En Glocal Design abrazamos el nuevo lujo: el tiempo.
Y con la clara intención de mostrar otros mundos –y enriquecer nuestro conocimiento–, para esta edición platicamos con talleres de arquitectura locales y que supieran mucho más de Mérida, para que nos dieran su visión del porqué esta ciudad yucateca se ha convertido en uno de los mejores lugares para vivir. Lean cada una de las entrevistas, sin duda tenemos mucho por aprender y nuestros gobiernos aún tienen más por hacer.
Continúa leyendo nuestra carta editorial de la edición de Glocal 78 en la revista impresa. En Portada: Casa Villa S por Alvisi Kirimoto