19 junio 2020
El protagonismo de los materiales
El carácter formal arquitectónico de Haven Riviera Cancún & Spa fue pensado con criterios limpios, formas puras y una geometría sencilla; sin pretensiones de estilos ni de modas para lograr una arquitectura honesta y limpia.
El hotel Haven Riviera Cancún Resort & Spa se ubica a 15 minutos del aeropuerto internacional de Cancún en Quintana Roo México. Es el primer hotel fuera de España de la cadena Hipotels con sede en Palma de Mallorca.
El proyecto en su totalidad está programado para ser concluido en varios años y contará con tres hoteles Gran Turismo, siete edificios de vivienda permanente, así como un campo de golf de 18 hoyos.
Para desarrollarlo, el despacho de ArquetipogdL –fundado en 2002 y con sede en Guadalajara– enfrentó el reto arquitectónico de lograr cumplir con todas las necesidades de programación que la propietaria requería para poder hacer rentable su inversión teniendo como única premisa respetar el 100% de las restricciones ecológicas impuestas por la secretaría del medio ambiente y las autoridades competentes en la materia, ya que el terreno cuenta con una extensión de 250 hectáreas, de las cuales 200 son sólo de manglares y el terreno útil para el desarrollo tan sólo es de 50 hectáreas.
Cabe mencionar que un campo de golf de 18 hoyos ocupa una extensión promedio de 45 has. Lo cual imposibilitaba que en tan sólo las 5 restantes se desarrollaran las edificaciones solicitadas, afortunadamente se contó con la participación de Jim Engh uno de los mejores desarrolladores de campos de golf con estándares ecológicos, que aportó sus conocimientos y creatividad para poder optimizar al máximo el terreno útil.
Con respecto a la primera etapa, el hotel Haven Riviera Cancún Resort & Spa cuenta con 352 habitaciones (333 suites) dispuestas en 5 edificios, tres edificios Ocean front de 4 niveles cada uno y con 128 habitaciones con vista franca al mar; un edificio en forma de media luna que alberga 160 habitaciones con vista al mar a través de una alberca circular en forma de playa, la más grande hasta ahora en la Riviera Maya en la cual se logró dar la apariencia en textura y color al auténtico mar de la zona, más un edificio con vista a jardines y albercas.
Más del 80% de las habitaciones tienen vista franca al mar y todos los edificios de habitaciones cuentan en su planta baja con swim out. Las escaleras se sustituyeron en estos edificios por rampas verticales para hacerlos totalmente accesibles a las personas con capacidades diferentes y, a su vez, estas rampas funcionan como hitos arquitectónicos.
El carácter formal arquitectónico de este complejo hotelero fue pensado con criterios limpios, formas puras y una geometría sencilla. Sin pretensiones de estilos ni de modas para poder lograr una arquitectura honesta y limpia, permitiendo el protagonismo a los materiales usados para la edificación, aprovechando detalles y espacios claves para tener siempre –desde cualquier sitio– algún remate visual, ya sea arquitectónico o natural. El proyecto integral representa un producto diferenciador en exteriores, interiores, paisajismo, tecnologías integradas y eficiencia energética.