Casa San Ángel es un proyecto de vivienda desarrollado por Miguel Concha Arquitectura + Claudia Vázquez, ubicado sobre un predio en Querétaro, de planta rectangular, con pocos metros de frente que conviven con un entorno netamente urbano que se va desvaneciendo hasta perderse hacia su interior.
Contiene un programa complejo en cuanto al respeto a la sencillez en planta y comparte el sitio con varios grandes árboles, un zapote negro que sobresale de una topografía respetada.
El objetivo del proyecto fue dotar de luz y ventilación natural a toda la casa, por lo que el proyecto se desarrolla mayoritariamente en el centro de la parcela. El resultado es que el patio da luz a todos los espacios de la casa.
El hormigón le otorga una sencillez implícita y necesaria que permite que las líneas verticales de las losas de barro colocadas –una a una– den un orden, que rompe con los colores y formas tanto de las plantas como de la decoración.
Para visualizar el proyecto, uno de los elementos importantes a la hora de imaginarlo fue la conexión del interior con el patio a la par del proyecto, para generar una planta libre y continua, pero a la vez funcional.
El objetivo de dotar a toda la casa de luz y ventilación natural, hace que el proyecto se desarrolle en su mayoría al centro del terreno. El resultado es que el patio brinda de luz a cada espacio de la casa; sobre el mosaico verde que cubre el piso interior de la casa generando el recorrido hacia el patio central.
Ventilación natural
El aire exterior logra correr de una forma armónica gracias al largo ventanal corredizo que comunica el área principal de la casa, el cual se mantiene abierto hasta tarde gracias al clima de la ciudad de Querétaro, permitiendo vivir de manera muy a gusto la sala de estar, el comedor y la cocina en total unión, controlando el cambio constante de espacialidad que brinda el ventanal y que da hacia la fuente.
La casa abarca hasta las colindancias pintadas de azul que se mimetizan con el tono del cielo. El concreto le da la simplicidad que permite que las líneas verticales de lajas de cuarterón de barro colocadas –una a una– den un orden, el que se rompe con los colores y formas tanto de las plantas como de la decoración.
Descansan en el gran sillón gris, Colado, Trazo y Mai –las mascotas de la familia–, muy a gusto. En eso, el sonido de los gatos vecinos que suben a toda prisa la escalera de concreto, atraviesa el arco de medio punto donde se localiza un pequeño estudio y una biblioteca, avanzando por los pasillos, la terraza y otros pasillos, hasta completar una vuelta completa por toda la casa.