04 abril 2024

Los fundamentos de la obra de Mathias Goeritz a 109 años de su nacimiento

Mathias Goeritz es uno de los pilares de la arquitectura en México. Nació un 4 de abril por lo que conmemoramos su legado.

Por: Pedro Rodríguez

Fotos: Fondo Mathias Goeritz, Cenidiap/INBA.

Cuando en 1949 el rector de la Universidad de Guadalajara quiso integrar a profesores europeos que introdujeran el movimiento moderno a los alumnos de la Escuela de Arquitectura, escuchó la recomendación que hiciera el artista Alejandro Rangel Hidalgo al arquitecto Ignacio Díaz Morales, de considerar al arquitecto, escultor, pintor e historiador del arte alemán Mathias Goeritz (1915-1990), quien para esa época ya pertenecía a la Academia de las Artes de España tras haber fundado la Escuela de Altamira, en Santillana del Mar.

 

Mathias Goeritz

Nacido en la antigua Prusia occidental el 4 de abril de 1915, Goeritz había iniciado primero, estudios en medicina que concluyó después de un año para dedicarse a alimentar su vocación por la estética y la plástica, pero también por la arquitectura y la historia del arte, graduándose de la Escuela de Artes y Oficios de Berlín, lugar que abandonó en 1936 tras el ascenso del nacionalsocialismo.

Mathias Goeritz

Goeritz: un académico de primer nivel

 

Tras haber impartido clases y haber creado programas académicos a través de talleres de Educación Visual en varios puntos de España y Marruecos, Goeritz llega a México en 1949 junto a su esposa, la fotógrafa Marianne Gast ­–quien también formará una carrera a la par de Goeritz, hasta su muerte temprana en 1958– y comienza rápidamente a crear una carrera profesional ligada intensamente a la profesionalización de la arquitectura desde la academia.

 

Con la creación de su Taller de Educación Visual para la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara, replicará ese concepto posteriormente para la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México y, en el caso de la Universidad Iberoamericana, se le encomendará la creación de la Escuela de Artes Plásticas.

 

 

Mathias Goeritz

 

Será también en la época de su trabajo académico en Guadalajara que conozca a Luis Barragán y Jesús ‘Chucho’ Reyes Ferreira con quienes su relación no terminará en los mejores términos tras la construcción de las Torres de Satélite (1958) en el Estado de México.

 

Un artista entre la escultura, la pintura y el paisaje urbano

 

La crítica hecha a la obra de Goeritz por parte de los representantes de un movimiento artístico que para finales de la década de 1950 se veía cada vez más y más anacrónico al contexto mexicano era severa y polémica por venir de personajes como los mismos Rivera y Siqueiros que lo tachaban incluso de «un impostor sin la preparación para ser un artista».

 

A pesar de esas críticas, la obra de Goeritz es fue prolífica no solo en escultura y pintura de pequeño y mediano formato, sino en obras de gran formato como las realizadas para la Ruta de la amistad con motivo de los Juegos Olímpicos de 1968, o para el Espacio Escultórico (1978-1980) de Ciudad Universitaria.

 

 

Mathias Goeritz

 

Otra polémica surgió cuando con motivo de los trabajos de restauración para la Catedral Metropolitana y la Iglesia de Santiago, en Tlatelolco, se encomendó a Goeritz la colocación de vitrales que ornamentaran los espacios y les dieran una apariencia contemporánea, lo que trajo consigo una crítica por parte de grupos católicos radicales, quienes tacharon los trabajos de «una profanación a la casa de dios».

Mathias Goeritz

El Eco o la creación de una escultura penetrable

 

En 1953, al mismo tiempo que el edificio El Eco –creado por Mathias Goeritz a petición de Daniel Mont– era inaugurado, se publicaba el Manifiesto de la Arquitectura Emocional que el mismo artista había concebido y tomado como referencia para el diseño del espacio al cual definía como una escultura penetrable en la cual se lograran expandir los lenguajes de las artes y se volcaran en el propio espacio, las emociones de sus usuarios.

 

 

Mathias Goeritz

 

Originalmente pensado como museo experimental, el edificio ubicado en la colonia San Rafael de la Ciudad de México tuvo varios usos como restaurante, club nocturno, galería y teatro hasta que, en 2004, la Universidad Nacional Autónoma de México adquirió el edificio y tras un proceso de restauración en el que se buscó llevarlo de vuelta a sus orígenes, fue reabierto al público al año siguiente.

 

Como parte del proyecto original, la escultura «la serpiente» había sido colocada al interior del Museo, misma que ahora forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno, en el Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México.

 

 

Mathias Goeritz

 

En entrevistas posteriores al diseño del actual Museo Experimental El Eco, Goeritz mencionó que debía a Daniel Mont mucho por la confianza que este había puesto en el artista alemán y sobre todo, para el desarrollo de sus conceptos ideológicos, parte del Manifiesto. En retribución, Goeritz nombró Daniel al hijo que tuvo con la escritora Ida Rodríguez Prampolini.

 

Mathias Goeritz murió en la Ciudad de México el 4 de agosto de 1990 a los 75 años.




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