Casa Lorena está ubicada en el centro de Mérida y forma parte de lo que alguna vez fue una casona de principios del siglo XX, actualmente el predio ha sido dividido varías veces hasta llegar a sus dimensiones actuales con tan solo 4.5 metros de frente, un cuarto de su tamaño original. La casa cuenta con un pequeño remetimiento con respecto al paramento, algo no común de encontrar en el centro de la ciudad, y que crea un pequeño pórtico de acceso.
Al atravesar la fachada en tonos pasteles, accedemos a una pequeña sala de estar, que se sitúa en la crujía original con techos de más de 5 metros de altura y que aún conserva sus vigas Decauville traídas desde Francia en la época henequenera y que fueron parte del sistema constructivo de ese período, junto con las viguetillas de madera.
Un gran arco invita a continuar el recorrido hacia la cocina, que cuenta con una isla central de cuarzo blanco y recubrimientos con piso de pasta en tonalidades azules, integrando los colores de las vigas en la primera crujía al espacio. La terraza se integra a la cocina por medio de unas puertas de cristal templado ancladas a los antiguos marcos de madera, generando por un lado visuales hacia los jardines y por otro permitiendo el paso de iluminación natural.
La techumbre es un tejaban de madera de zapote que reutiliza las tejas de Marsella que se encontraban en la propiedad en ese mismo lugar. En los muros se decide quitar todo el acabado dejando la mampostería expuesta, creando un bello contraste con el color azul de los pisos de pasta y el rojo del barro.
El área privada de la casa cuenta con dos habitaciones, una en planta baja a la que se accede a través de un deck de madera y cuenta con un pequeño cubo de ventilación que se comunica con el baño, creando una sensación de amplitud.
Esta zona cuenta con una volumetría moderna y dinámica que se presenta con un juego de cubos a diferentes alturas y con diferentes funciones, tiene acabados de chukum con tintes azules, y está rodeada de vegetación tropical en donde una pequeña piscina, converge con la escalera de cemento blanco y las jardineras colgantes que conducen a la segunda habitación, que tiene la misma espacialidad de la recámara del primer nivel.
Casa Lorena es un pequeño oasis dentro de la ciudad, nos cautiva con su historia y sus texturas, y enamora con sus colores pasteles, transportándonos al pasado y a una época más sencilla.