El Parteluz fue un encargo para Design Week México y el Museo Tamayo como un preludio al evento World Design Capital de la Ciudad de México en 2018.
El proyecto se convirtió en una herramienta para mapear el tiempo y la existencia simbiótica de la luz y la sombra como materiales principales.
El espacio se definió por la repetición de un conjunto tectónico simple hecho de columnas de concreto prefabricadas unidas por vigas de madera. La repetición disolvió el significado literal de tales elementos y creó un lienzo para el cambio. Aunque la forma se leyó claramente, la forma del momento y la contención del vacío se convirtieron en el corazón del proyecto. El concreto se relacionó con el carácter estereotómico del museo y la voluntad monumental del expresionismo mexicano. La madera estableció un diálogo con los árboles circundantes y habló de la artesanía de la fuerza de trabajo y esencia que envuelve al taller de Materia de Gustavo Carmona + Lisa Beltrán, cuyo equipo desarrolló y ejecutó este proyecto.
La conexión única y el detalle se multiplicaron en sus efectos de espacio positivo y negativo y en la exposición de la presencia y la ausencia de luz.
El proyecto habló del compromiso del estudio por tener espacios para la apropiación con una fuerte noción de existencia en el tiempo. El pabellón se estableció como un edificio temporal, aunque después fue adoptado por otra locación y durante unos meses tuvo una nueva localización.
El lenguaje de Parteluz expresó dualidad y contraste. El peso del legado del equipo de Materia en su masa y el espíritu contemporáneo en su tejido tectónico. De oficio artesanal y técnica depurada, este espacio fue una invitación al fenómeno de la contemplación y el cambio.