01 diciembre 2025

Glocal 86 | Javier Senosiain: Casa Orgánica, una forma distinta de habitar

El sueño de vivir dentro de una cueva y de reconectar con lo natural fue el motivo para construir esta casa. Cuatro décadas después, el lugar sigue fascinando a quienes tienen la oportunidad de conocerla. Su concepto elemental: un espacio para convivir que busca la sensación de que en el interior la persona se adentra en la tierra, describe Javier Senosiain.

Por: Redacción Glocal Design

Fotos: Francisco Lebbert y Paloma Senosiain Jiménez

La Casa Orgánica es una obra sui generis ubicada en Naucalpan, Estado de México. Fue diseñada por Javier Senosiain, pionero de la arquitectura orgánica en México y conocido por crear espacios fluidos, curvos y orgánicos como Casa Flor, el Sarape y Sombrero, la Ballena Mexicana, la Casa Amiba y el Nido de Quetzalcóatl. 

De la casa ya se han escrito cientos de artículos, sabemos que tiene forma de embrión, que está semienterrada bajo la tierra, que fue construída en ferrocemento y que busca conectar con el origen, con lo natural, pero,¿cómo se vive una casa así? La preguntaadmite el arquitecto Javier Senosiain quizá deberían responderla más su esposa Paloma y sus hijas. «Para mí, desde la investigación, estaba muy convencido. De hecho, nunca hicimos un cambio». 

Desde antes de cruzar la puerta, la experiencia del espacio ya anuncia que no se trata de una casa convencional: un periscopio desde la cocina permite ver quién toca, hay un nicho pensado para dejar los zapatos, como en las tradiciones orientales, y una ventana con un cuerno para dejar el paraguas o algún otro objeto. Ese elemento, recuerda Senosiain, no estaba previsto en el proyecto original, pero al final resultó fundamental. «Me decían: ‘Oye, pero te va a dar claustrofobia’. Ya en obra, me di cuenta que tenía bonita vista hacia el jardín de la casa, que es la tierra de pasto sobre la cubierta». 

La entrada a otro mundo 

La organización espacial es simple y contundente: dos mundos bien diferenciados. «Básicamente, esa era la casa: dos espacios, uno de día, uno de noche». El área social integra sala, comedor y cocina en un mismo espacio, donde la mesa funciona como eje central: mesa de trabajo, de cocina, y al mismo tiempo comedor. Más adelante se añadió otra recámara para sus hijas; el llamado «tiburón». 

Para acceder a la zona privada se atraviesa un túnel iluminado con claraboyas de barco que ventilan y dejan pasar la luz natural. Al final aparece la recámara principal, amplia y abierta al jardín, donde la cama circular en forma de C envuelve como un asiento para leer o descansar.  

Desde el inicio, la intención fue que los objetos ornamentales no distrajeran del espacio. «La idea era no tener figuritas de viaje, souvenirs o cuadros. Las ventanas serían los cuadros y las esculturas la misma mesa volada o la integración de la casa». Esa sencillez tenía un trasfondo ambiental y psicológico. «Desde que entras, tiene mucha influencia de Barragán. Entras por el caracol a través de un espacio bajo, estrecho, en penumbras, y se te abre un poco el espacio. Pasas a la sala, comedor, cocina. Son espacios que dan mucha tranquilidad, se sienten muy acogedores, muy serenos». Incluso la alfombra, de tono beige, fue una decisión pensada: «La intención era que cuando uno entra no diera la impresión de estar bajo el agua, sino bajo la tierra». 

Conoce más de la casa y la obra del arquitecto Javier Senosian en la edición impresa Glocal 86.




Edición 86 | Trazos del arquitecto
La portada de la Edición 86 de Glocal Design Magazine celebra el XV Aniversario de la revista con una composición arquitectónica que rinde homenaje al color, la colaboración y el diseño mexicano. Inspirada en los Colores del Año 2026 de Comex —Cielito Lindo 297-01 y Xoconostle 128-07—, la propuesta de Nadja Borrás y José María “Chema” Gaona (Gensler Latinoamérica) traduce la dualidad cromática en geometrías limpias, planos superpuestos y juegos de luz y sombra.