Actualmente Querétaro es de las ciudades con mayor progreso urbano y crecimiento económico de México. Adamant –proyectado por el despacho Mayer Hasbani– es un reflejo arquitectónico de este desarrollo. Sin embargo, éste se diferencia contundentemente de su mercado por ser un proyecto arquitectónico que apuesta por la singularidad y el detalle.
Adamant Querétaro crece en la cima de la montaña en una de las zonas más prestigiosas de la ciudad. Aprovecha la condición de un terreno sinuoso y en altura para extender sus proporciones, hasta alcanzar el cielo: es referente urbano vertical, casi como una catedral contemporánea. El edificio se emplaza sobre una curva natural de la ladera y se abre en dirección contraria a la geometría de la montaña para que el motor lobby de cauce natural al flujo de los vehículos y transeúntes que acceden por la calle.
El edificio se resuelve en dos torres de departamentos independientes que se unen en la parte baja de acceso y también en los últimos niveles en donde se encuentran las áreas comunes y las amenidades de los habitantes de Adamant Querétaro. Estas dos torres forman un escultórico vacío entre ellas que aparece o desaparece a medida que la torre sea vista desde las calles o la falda de la montaña. Es decir, el edificio se mueve con su usuario, nunca es el mismo ya que juega con la perspectiva y la vista en el lugar y en el tiempo.
El material principal de construcción es concreto blanco enduelado que ayuda a exacerbar la elegancia y al mismo tiempo coquetea con las nubes que viajan a través de ella. Las torres tienen 29 niveles de departamentos y 175 unidades de vivienda en total. Hay posibilidades de área desde los 47 m2 hasta los 120 m2 con doce distintas distribuciones y las áreas comunes y amenidades que permiten entablar relaciones sanas y diálogos con los vecinos.
El estudio geométrico y estructural de Adamant para el desarrollo de las áreas de vivienda dio solución a particularidades específicas como es el asoleamiento. Para esto, se diseñó una solución de terrazas profundas por cada departamento para poder proteger las zonas habitables y de descanso del sol intenso, este juego de planos construye la piel estructural del edificio que plantea distintos ritmos de lectura espacial en la fachada del complejo. Dependiendo del recorrido del sol las terrazas se densifican o se aligeran, conformando una sinceridad estructural para la morfología del edificio.
En la parte superior del edificio se unen las amenidades en los niveles intersectados por las dos torres que como rótula arquitectónica da movimiento y flexibilidad a la zona pública del proyecto. Esta intersección de planos da elegancia y balance al proyecto de Adamant Querétaro, redondeando el diseño a través de la integración de este elemento que funciona como puente integrador de las torres y sobre todo, de las relaciones humanas de sus habitantes.