Una residencia introspectiva al sur de Ciudad de México
Ubicada al sur de la Ciudad de México, Casa Auseva es una residencia diseñada por el despacho graus que se plantea desde la introspección. Con una arquitectura contenida y profundamente sensible, el proyecto responde a los ciclos de la vida familiar y a las emociones cotidianas mediante formas puras, luz natural y una conexión directa con el entorno.
Geometría emocional
Desde su génesis, Casa Auseva se pensó como una pausa: una casa capaz de habitar la contemplación. La volumetría ordenada, los muros sin ornamento y los patios interiores permiten que la arquitectura se convierta en un refugio sensorial. “Hicimos un esfuerzo consciente por conocer a la familia y diseñar espacios donde la mente pudiera ocuparse, observar sombras y silencio”, comparte Antonio Rivas, cofundador de graus.
Una ventana al cielo
Uno de los gestos más potentes del proyecto es su vestíbulo a cielo abierto. Este cubo alto y silencioso, que da la bienvenida al visitante, permite una conexión emocional inmediata con el espacio. Techos inclinados y dobles alturas aportan amplitud, y al mismo tiempo intimidad, a los espacios más personales.
Juego y creación
El diseño no olvida la dimensión lúdica. Las recámaras de las hijas adolescentes incluyen tapancos que invitan a la exploración creativa. El equilibrio entre contemplación y juego es central: sin uno, no existiría el otro. Cada decisión espacial fue pensada para acompañar la transformación emocional de sus habitantes.
Materialidad honesta
La casa prescinde de ornamento innecesario y apuesta por lo esencial: luz natural, geometría depurada y materiales nobles como concreto, madera, celosía y piedra. La serenidad se construye desde lo táctil, desde el detalle que no distrae, pero que acompaña.
Casa Auseva es una muestra de cómo la arquitectura puede habitar la vida sin imponerse, y al mismo tiempo ofrecer espacios de introspección, juego y conexión emocional.
Design Films