21 abril 2020
Arte, narrativa y secuencias espaciales
Creadora de espacios pragmáticos, artísticos y envolventes, en los que ha encontrado un lienzo en blanco para explorar cómo materializar sus ideas, así es Aisha Ballesteros, socia y directora de proyectos de JSa.
Apasionada de la arquitectura, Aisha Ballesteros también ha alimentado su espíritu con el talento de diversos artistas plásticos. Para ella, el arte ha marcado la estética, la proporción y composición de sus diseños. Y qué mejor ejemplo de sus palabras y de su trabajo que el Museo Juan Soriano en Cuernavaca, Morelos y el Hotel Carlota en la Ciudad de México, que son algunos de los proyectos más recientes en los que ha colaborado de la mano del taller de arquitectura JSa, fundado en el 1996 por Javier Sánchez y en donde es socia y directora de proyectos desde el 2007.
El proyecto del Museo Juan Soriano surgió en 2014 a iniciativa del gobierno de Morelos y la Fundación Juan Soriano y Marek Kelle, en colaboración con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. “Es un lugar que le devuelve el pragmatismo artístico a un espacio colectivo en Cuernavaca. Se trata de una narrativa construida que reúne momentos, secuencias espaciales, trayectos, plazas, jardines y árboles frondosos. Un refugio urbano de cierres y aperturas a través de contenedores y envolventes que figuran como lienzos en blanco para acercar el arte a la ciudad y viceversa”, explica Aisha sobre el proyecto y su descripción misma ya es una invitación a visitarlo y recorrer sus espacios para conocerlo y comprender de qué nos habla.
Como mujer y arquitecta, ella expresa su admiración y respeto por sus colegas, quienes también han destacado en la profesión y se han atrevido a romper con los estereotipos de género. “Los tiempos han cambiado y las mujeres podemos alcanzar cualquier objetivo profesional”, dice enfática y enérgica, aunque siempre afable y sonriente, pues sabe que la vida y el trabajo no están separados en el día a día.
“Disfruto mi trabajo, siempre he tratado de intercalarlo con mis otras actividades cotidianas; a veces, no sigo ni tengo una dinámica rutinaria y eso –además de ser divertido– es lo que me ayuda a ser aún más creativa y propositiva”, concluye la arquitecta quien ha forjado una gran competitividad y perseverancia para lograr sus objetivos y darle vida a espacios como la biblioteca personal de Carlos Monsiváis, los restaurantes ENO en la colonia Roma, Criollo en Oaxaca y el nuevo Pujol del chef Enrique Olvera en Polanco.