13 octubre 2025
Studio House: Fusión entre arquitectura y naturaleza
Studio House se erige como un manifiesto de sencillez y sensibilidad arquitectónica. Concebida como la residencia permanente de la arquitecta Dagmar Štěpánová, el proyecto propone una convivencia orgánica entre lo construido y lo natural, en una simbiosis que transforma la experiencia cotidiana del habitar.
Situada entre la selva tropical y las colinas que descienden hacia el Pacífico, Studio House responde con precisión al terreno inclinado en dos direcciones. La complejidad del sitio fue el punto de partida para una arquitectura que no impone, sino que se adapta.
La vivienda se despliega siguiendo los contornos del suelo y evitando las raíces de los árboles, permitiendo que la vegetación forme parte del proyecto. En el espacio principal, la ausencia de una fachada completa abre el interior al paisaje: la jungla, el aire y la luz se integran en la experiencia del habitar.
Aquí, el límite entre dentro y fuera se diluye. Cada espacio está diseñado para enmarcar el sol o las estrellas en distintos momentos del día, haciendo de la casa un instrumento sensible al paso del tiempo y a los ritmos de la naturaleza.

Abierta y discreta
Studio House se ubica cerca del poblado de Uvita, en el mismo terreno donde Štěpánová desarrolló las villas Achioté, destinadas al alojamiento temporal y también co-propiedad de su compañero Karel Vančura.
Desde la carretera de acceso, la casa se percibe como un volumen minimalista de tierra apisonada, interrumpido por grandes vanos de cristal corredizo. Detrás de esa sobriedad se revela un refugio que se abre a las colinas cubiertas de selva.
Más de la mitad de la superficie total se dedica a terrazas y una alberca infinita de 10 metros que sigue la topografía natural. El área social, ubicada en el nivel superior, se abre por completo hacia el océano y funciona también como una terraza cubierta. Desde allí, una escalera de acero COR-TEN conecta con la piscina y otra con la terraza en la azotea, donde el horizonte se despliega entre copas de árboles, atardeceres y cielo estrellado.
El nivel inferior, más reservado, alberga las habitaciones y el baño, visibles sólo desde el jardín privado. Escaleras interiores y exteriores, junto con senderos de losas de concreto, vinculan los distintos espacios de la casa.

Entre el cielo y la tierra
El área social del nivel superior se concibe como un único espacio continuo, articulado por una isla de cocina de concreto de cuatro metros. Un muro de gabinetes con puertas de acero calado se convierte, al anochecer, en una pieza luminosa que evoca un cielo estrellado.
Este concepto se repite en la planta baja, donde las puertas de las recámaras emiten una luz suave que dialoga con los reflejos de las estrellas reales, uniendo simbólicamente la vivienda con el universo que la rodea.

El piso inferior se adapta a las curvas del terreno e incluye una lavandería, dos habitaciones compactas con vistas al mar y un baño con acceso directo a la alberca. Los materiales naturales y la paleta terrosa refuerzan la armonía con el entorno, mientras que la filosofía wabi-sabi celebra la belleza del paso del tiempo y la imperfección.
En el interior, piezas de arte de Josef Achrer Jr., Lukáš Musil y Geometr Studio se combinan con mobiliario diseñado por la propia arquitecta y luminarias icónicas de distintas procedencias, dando forma a un espacio donde cada elemento participa del equilibrio entre simplicidad, materia y paisaje.









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