22 febrero 2018
Riqueza arqueológica y textil
El Centro Cultural Comunitario Teotitlán del Valle en Oaxaca, posee un sistema estratégico para regular la temperatura en el edificio eliminando la necesidad de instalar sistemas de acondicionamiento térmico, creando un espacio sustentable.
Este Centro Cultural Comunitario exhibe las riquezas arqueológicas y textiles de Teotitlán del Valle (lugar de los Dioses, en náhuatl), un pequeño pueblo en el estado de Oaxaca. Su área principal situada junto a la plaza del pueblo alberga el Museo donde se mudaron las colecciones y actividades del actual Museo Histórico de Teotitlán.
Formalmente el proyecto, llevado a cabo por los arquitectos de Productora (Carlos Bedoya, Wonne Ickx, Abel Perles, Víctor Jaime), se rige por la estética del entorno, la cual determina desde los parámetros de altura hasta el color y espacialidad formal.
Un espacio secundario da lugar a la Biblioteca Municipal y una zona de servicios. El área que ocupan ambos edificios en el predio representa sólo el 18% del total de la superficie, dejando un gran espacio público para plaza y jardines.
De esta manera, se mejoran los recorridos peatonales que pasan por el sitio y conectan con la Plaza principal, logrando insertar los nuevos espacios públicos generados por el Centro Cultural, en el circuito de plazas existentes que define la estructura urbana del pueblo. Los volúmenes arquitectónicos muestran fachadas austeras y neutras.
Desde la forma y la materialidad del edificio, pasando por los techos inclinados de doble losa, los muros de concreto de 30 centímetros de espesor y las aberturas controladas, crean un sistema pasivo para responder a condiciones climáticas adversas.
Esta estrategia básica ayuda a regular la temperatura en el interior del edificio y brinda a los usuarios un confortable espacio para leer un libro, trabajar o visitar el museo y, al mismo tiempo, elimina la necesidad de instalar sistemas de acondicionamiento térmico.
El espacio interior muestra muy diversas condiciones lumínicas y calidades espaciales (dobles y triples alturas), generando diferentes atmósferas para exhibiciones y actividades programadas.
El Centro Cultural utiliza una paleta mínima de materiales de elaboración local como concreto pigmentado, madera, baldosas de barro y ladrillos, con la finalidad de integrarse con el entorno.