Se creó un proyecto agradable y estimulante en el que distintos elementos se reutilizaron o modificaron para bajar los costes de ejecución; las mamparas divisorias, cerramientos de vidrio, el pavimento, los techos, la escalera y partes de la zona exterior se conservaron con ciertos cambios. Además, se introdujeron materiales -microcemento, resina y vidrios coloreados-, texturas y colores que evocan una esencia natural; así como geometrías y acabados de estética futurista.

El elemento más importante en el concepto del proyecto son los patrones orgánicos que parten de la morfología de las hojas de las plantas y los campos de cultivo, y que se descomponen en geometrías lineales que forman parte del mobiliario y los separadores que distribuyen el edificio.

Distintas áreas se transformaron para aumentar su eficiencia. La zona de recepción se extendió hasta el centro del inmueble para convertirse en el espacio vertebrador del resto de las zonas funcionales. El área se delimita a través de separadores de madera que, a su vez, enmarcan el cambio en los materiales de los pisos, del vinílico al pavimento con aspecto de madera.

El mobiliario también juega un papel fundamental en la generación de un espacio cálido y con reminiscencias hacia lo natural. La zona de espera alberga la butaca Leaf de Arper que comparte el espacio con la mesa Faz de Vondom. En la zona de reunión, la mesa Icon de Predali y la silla Toledo Aire de Resol y la luminaria de suspensión de Discocó de Marset son las protagonistas.

El proyecto crea espacios que facilitan las rutinas internas; una pequeña grada que incorpora una jardinera sirve como foro para las reuniones informales de los trabajadores y punto de encuentro para las visitas guiadas a la compañía. Sobre la fachad existente se añadió un pórtico que ayuda a identifica la puerta principal y proporciona protección frente a los fuertes vientos de la zona.

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