Por GLOCAL
Tener una máquina de escribir hace 40 años era símbolo de que había llegado la modernidad a nuestra casa. Los que vivieron esta etapa lo saben, el dulce sonido de las teclas era la promesa de que la hoja en blanco pronto se poblaría de la tinta de los tipos, palabras, frases, párrafos…
Camillo Olivetti es quien inició esta historia de diseño en particular y la elegimos porque la compañía que heredó se encargó de trabajar tanto la función como la forma. Camillo visitó Estados Unidos a finales del siglo xix a propósito de un congreso de electricidad y pudo notar que las oficinas estadounidenses estaban inundadas de máquinas de escribir Remington, el invento que patentaría Christopher Natham Sholes. Y aunque Camillo era un empresario dedicado a la creación de herramientas eléctricas se preocupó por obtener la representación de la máquina de escribir Royal.
El primer prototipo creado por Olivetti fue el M1, mismo que dio pie a la fundación de C. Olivetti & C, instarauda en Ivrea, en la región del Piamonte. Esta compañía (Prima Fabbrica Italiana Macchine Per Scrivere) se caracterizó por trabajar con los mejores arquitectos, ingenieros y diseñadores de su tiempo. Pero los comienzos no son fáciles, esta primera máquina italiana estaba inspirada en la Remington y Underwood, con algunos problemas mecánicos, como era de esperarse.
El fundador se había encargado de realizar las mejoras de sus modelos en los primeros años, no obstante a partir de la década de los 20, Adriano Olivetti, el hijo de Camillo, tomó la dirección general y creó una división responsable de diseñar nuevos modelos. Y a partir de 1931 comenzaron la producción en serie. A la m1 le siguió la m20. La m40 fue la favorita de los clientes, ella reunió calidad, velocidad de escritura y una mayor suavidad al teclado.
Olivetti cruzó por diferentes etapas históricas: la Posguerra, la gran Depresión; fusiones, como con Underwood, Bell S. A., y Telecom Italia… Muchos modelos han marcado un antes de un después dejando atrás la sobria y elegante m1. Marcello Nizzoli con su Lettera 22; Perry King, Ettore Sottsass con la Olivetti Valentine, entre otros. De hecho, varios modelos diseñados por Mario Bellini en Olivetti forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York: Lexicon 82, Lettera 10, ETP 55, y los modelos subsiguientes previos a la conquista de la computadora.