En palabras de los arquitectos. El proyecto tiene como misión crear un espacio familiar, joven y sofisticado, sin llegar a lo “intocable” o museístico dado que es para una familia de 5 personas, con 3 niños pequeños y muy activos.
La casa es un canvas en blanco, únicamente con espacios acabados, pero sin ningún tipo de mobiliario, decoración o colores en los muros. Los espacios a intervenir en planta baja son recibidor, sala/sala de juegos/bar, terraza y comedor. En planta alta únicamente se intervino el estudio. El concepto para la planta baja es integrar todos los espacios antes mencionados, como si fuera uno solo y dadas las características arquitectónicas del espacio. El mobiliario, artículos decorativos y tonos a utilizar deben convivir en armonía dado que el recorrido natural del espacio permite vistas en todas direcciones en todo momento. El único espacio que goza de un poco más de independencia es el comedor, para el cual se conceptualiza un espacio más acogedor y a la vez más sofisticado que el resto.
Para la sala principal se consideran 2 sofás, un tapete tejido de aires étnicos, 2 mesas de centro que combinan materiales como latón, vidrio y piedra dándole textura al conjunto y haciendo juego con la mesa lateral y la consola del recibidor. En la mesa lateral se ubica un gran florero que debe tener siempre flores de vara larga como concador o casablancas. Frente a los sofás se encuentran dos Eames Lounge Chair que le dan el elemento clásico del diseño punto central del área social.
Sobre todo, el conjunto cuelga un candil retro dándole un toque ecléctico y divertido.