El arte en pro del desarme nuclear: entrevista con Pedro Reyes

En temas de paz internacional, México ha sido un pionero y ejemplo al buscar siempre la solución de los problemas a través de medios pacíficos que no involucren las armas.

Recientemente, el artista mexicano Pedro Reyes ha inaugurado en el Museo Anahuacalli la exposición ‘Amnesia Atómica’ –vigente hasta enero del 2025– la cual consolida, en buena manera, el trabajo que ha realizado por varios años en pro del desarme nuclear a nivel mundial.

«Cuando recibí la invitación para exponer en el salón principal del Museo, me di cuenta de que hay un sketch de Diego Rivera de un mural que tiene al centro una bomba atómica. Hoy en día, ese es un mural perdido que nunca regresó a México. Esta obra muestra, en 1951, una protesta en contra de la Guerra de Corea. Si bien los estadounidenses ya habían utilizado armamento nuclear contra Hiroshima y Nagasaki, ahora lo pretendían usar también en Corea, en los cincuenta, y el mundo se escandalizó en contra de eso y hubo muchas protestas en contra. La petición de Estocolmo –en la que participaron Diego y Frida– es algo de lo que refleja ese mural perdido al mostrar a personajes de este momento histórico, reuniendo firmas en pro del desarme nuclear. Esto me pareció fascinante dado el contexto en el que yo he venido trabajando desde hace un par de años con ‘Artists against the bombs’» comenta el artista mexicano Pedro Reyes.

Si nos remontamos al contexto de México en los cincuenta, nos encontramos con un momento en el que el país experimentaba un empuje no solamente económico, sino cultural de gran importancia. Su presencia era visible en muchas partes y sus méritos diplomáticos representan un parteaguas en el posicionamiento no solamente de México, sino de la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe.

Sobre la importancia de México, sus artistas y sus pronunciamientos diplomáticos en torno a la búsqueda de la paz, Pedro Reyes comenta: «También el Taller de la Gráfica Popular, así como artistas de la talla de O’Gorman o Siqueiros fueron partícipes de ese momento político y cultural de gran importancia, tanto para su contexto, como para el de nosotros; la coincidencia en el trabajo pacifista de Diego Rivera y el mío, funciona muy bien como eje narrativo de la exposición donde presento diferentes piezas que he realizado en los últimos cuatros años, referentes a ese tema. Hay esculturas en piedra, en metal, en concreto, inflables y también, hay fragmentos de un documental que estoy realizando y que lleva el mismo título de la exposición ‘Amnesia Atómica’, donde vemos a activistas y expertos en estos temas que nos hablan de sus esfuerzos por prohibir las armas nucleares. Hay que destacar siempre que México, junto a otros países latinoamericanos y del Caribe, fue el primer país en prohibir las armas atómicas con el Tratado de Tlatelolco, algo que permanece casi desconocido para todos y que es muy importante de destacar dentro de nuestra historia diplomática en pro de la búsqueda de la paz».

Sin lugar a duda, la historia diplomática de México debería tener mayor reconocimiento y divulgación ya que ha sido trascendental en la política exterior y los esfuerzos por lograr la paz.

En ese sentido, Pedro reflexiona: «Deberíamos de estar muy orgullosos de nuestra política internacional. Un gran ejemplo es la causa antinuclear que inició en los años cincuenta. Cuando llegas al Anahuacalli piensas que todo lo que vas a encontrar son piezas arqueológicas, pero si miras a detalle y ves las imágenes plasmadas en los petro-mosaicos, vas a encontrar la paloma de la paz y los símbolos de desarme que ahora conocemos como el símbolo de ‘amor y paz’. Con la caída del muro de Berlín la gente pensó que los problemas nucleares habían desaparecido. Sin embargo, hoy en día hay más riesgo de una guerra nuclear que en los años cincuenta, por ejemplo».

Sobre el trabajo que Pedro Reyes ha desarrollado en pro de esta lucha y que ahora llega a un lugar tan grandioso, no solamente en su arquitectura, sino en su colección y las emociones que provoca como espacio, como lo es el Museo Anahuacalli, el artista concluye: «¿Cómo puedo abordar este problema desde una perspectiva artística? Lo he hecho de varias formas. No me interesa ser el único que lo haga en este momento y por ello, nació ‘Artists against the bombs’, pero no es suficiente. He hecho piezas de escultura y arte-instalación pero también he jugado con darle otro sentido a las cosas: en el caso de las armas, por ejemplo, las he transformado en obras de arte para darles un sentido completamente distinto al que tienen de origen. Recientemente estoy haciendo el documental que comentamos antes y esto es un proyecto que me interesa mucho y me interesa seguir comunicándolo y buscando soluciones».