08 septiembre 2016

Museo Nacional de Antropología | Pedro Ramírez Vázquez

Una visita obligada al Museo que resguarda el gran acervo histórico y cultural de México.

Por: Texto redacción Fotografía cortesía Archivo Digital MNA

El Museo Nacional de Antropología fue construido sobre un terreno triangular en Bosques de Chapultepec que originalmente estaba instalado en la antigua Casa de Moneda.

A cargo de este nuevo recinto, Ramírez planteó un concepto diferente, alejado de estilos europeos y proponiendo un diseño en concordancia con el legado de nuestros antepasados. Posee 23 salas para exposiciones permanentes, 1 sala para exhibiciones temporales y dos auditorios además de un espacio para la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

La propuesta estaba basada en el Cuadrángulo de las Monjas de Uxmal, creándose una serie de volúmenes independientes alrededor de un patio. Dándole una carga importante al entorno, el arquitecto estableció una explanada de bienvenida conectando al museo con el entorno. Uno los elementos arquitectónicos más significativos de la obra en el patio, es una cubierta superior de 52 x 82 metros desde un mástil central “el paraguas”, que figura como tótem y que incluye una caída de agua, acompañado de un jardín acuático que se complementa con el paisaje del recinto.

En la fachada se presenta una celosía metálica —concebida por Manuel Felguérez— que evita la luz directa dentro del recinto creando un efecto visual interesante durante el recorrido al interior y exterior del lugar. Con el reto de un tiempo corto de construcción y la complicada instalación de las piezas arqueológicas, el Museo abre sus puertas en 1964 con gran éxito y aceptación. Una visita obligada para nacionales y extranjeros, una oportunidad para conocer a las grandes civilizaciones prehispánicas.



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