Un ejemplo destacado de la nueva arquitectura para casas de descanso en Colombia, es la casa RL 17, ubicada en la periferia de Anapoima, Colombia un pueblo de clima cálido y abundante vegetación tropical a pocas horas en automóvil de Bogotá. La topografía de la zona ofrece infinitas posibilidades para dialogar con el terreno, creando refugios veraniegos que conviven con la naturaleza y enaltecen las sensibilidades humanas. Este proyecto se desarrolla dentro de un plan urbano con estilos arquitectónicos comunes preestablecidos que podrían limitar la creatividad del arquitecto al diseñar la casa. Sin embargo, para Juan Carlos Naranjo de LAP, estas restricciones en lugar de una limitación, representaron una oportunidad para innovar.
Camuflajeados dentro de la vegetación de trópico templado, dos bloques asimétricos de concreto verde ciprés rompen con el estereotipo arquitectónico del lugar. «La casa de dos pisos, cuenta con un canal axial que abre el espacio entre dos volúmenes laterales para crear una corriente de ventilación cruzada y protección contra la intensa luz solar. La fachada frontal, con un gesto denso de mampostería, se amarra al suelo con aperturas estratégicamente ubicadas y se contrapone a una fachada posterior que sin columnas crea un efecto de placas flotantes», un breve descripción por parte de Naranjo, de la primera impresión arquitectónica que genera el conocer la casa.
Este proyecto no se revela a simple vista; requiere ser recorrido en su totalidad para comprender su verdadera espacialidad. Es precisamente esta complejidad, que se presenta de manera sencilla, lo que lo hace aún más fascinante. Cada una de sus cuatro fachadas representa una faceta diferente de la misma estructura.
La fachada frontal, limpia y privada, deja ver los dos volúmenes entrelazados por una pérgola metálica que se convierte en el eje visual del proyecto, evocando la entrada de un museo por su monumentalidad y minimalismo. La fachada posterior, en contraste, habla un lenguaje abierto y revelador. Desde aquí se puede visualizar la funcionalidad de la casa, con los dos volúmenes terminados en voladizos, una sala abierta y generosa, la zona social, una escalera transversal en mampostería blanca y un mezanine que une la habitación principal con un estudio en la segunda planta.
Las fachadas laterales proponen una conversación abierta con la arquitectura preexistente, incorporando muros de piedra, bloques verdes y abundante vegetación. Su honestidad material se integra armoniosamente con el terreno, gracias a la propuesta paisajística también desarrollada por LAP.
Con 900 m² de terreno y un poco menos de 400 m² de construcción, esta propuesta responde a la necesidad de tener un lugar de fácil acceso, absoluta comodidad, limpieza visual imponente y vistas aseguradas en cada rincón. Estas premisas guiaron la mano del arquitecto en su diseño. Uno como arquitecto debe aprender a soltarla», enfatiza Naranjo al hablar sobre la libertad de hacer un proyecto a medida. “Cada ala está girada diez grados, generando un acceso más restringido y abriendo la visual panorámica hacia el lago. Un juego con el tiempo donde los volúmenes laterales permanecen congelados mientras el patio central, a través de vegetación y juego de sombras, se transforma cada día para contar una historia diferente”, agrega el arquitecto.
Materialmente hablando, esta casa, aunque voluminosa y de gran formato, se resuelve de manera clara. Utiliza concreto como base, pisos claros italianos de Strombolli para mantener una temperatura fresca, puertas corredizas en WPC que simulan la madera alistonada, mampostería en la escalera y mobiliario y hierro en la estructura metálica escultórica que ante sale la pérgola.
En algunos momentos, la casa parece flotar gracias a los fluidos gestos de diseño por parte de LAP. «Por ejemplo, las escaleras del salón se convierten en el sofá central de la casa con dieciséis asientos que se extienden hacia la vegetación. El diseño de la zona social se integra armoniosamente con el paisaje circundante, borrando las líneas entre el jardín exterior e interior», afirman los arquitectos.
Paralelamente, una escalera escultórica y minimalista guía la vista hacia la segunda planta, donde la pérgola se entrelaza con el paisajismo interior, cerrando la idea central del diseño. «Desde los grandes ventanales y puertas de vidrio que permiten una conexión fluida entre el interior y el exuberante entorno exterior, esta casa es etérea, privada, llena de aire y fluidez», concluyen.
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