Lugares contemporáneos que inyectan vida

La plaza principal de Azatlyk en la ciudad de Naberezhnye Chelny en la República de Tatarstán, en Rusia, se ha transformado en un dinámico, vibrante y multifuncional espacio público, pues recién fue renovada por la firma DROM, con sede en Rotterdam, Países Bajos, en colaboración con Strelka KB.

La plaza original fue diseñada alrededor de un eje central formal que tenía la intención de conectar el edificio municipal con el museo Lenin no construido. Al perder su papel protagónico como conector social, el espacio público se convirtió en una reliquia del pasado soviético, subutilizado y mantenido vivo por algunas intervenciones de mantenimiento, pero finalmente desconectado de la vida de la ciudad.

Timur Karimullin, Sofia Koutsenko y Timur Shabaev, fundadores de DROM, argumentan sobre este proyecto que querían convertir un espacio público sin vida de un monotown típico ruso construido en los años 70 y dominado por una sola industria (la famosa fábrica de camiones Kamaz), en un área de usos múltiples con una nueva visión de la interacción de los habitantes.

Destacado por una densa hilera de árboles plantados, el eje principal de la plaza Azatlyk se ha reubicado hacia el borde de la parcela para conectar directamente los vecindarios cercanos con el nuevo Promenade y sus pabellones, que incluyen diversos parques infantiles, una cafetería, un puesto de comida y un plataforma de observación en espiral.

La antigua área central se ha dividido en tres cuadrados diferentes, cada uno con su propio carácter único. Hacia el este, la Plaza del Evento es un espacio urbano pavimentado de concreto rosa que también se usa para mercados semanales al aire libre. Junto a él, se encuentra la Plaza Verde, un lugar relajante con un anfiteatro de madera y un amplio césped desde donde disfrutar del paisaje estacional realizado por el departamento de plantación de la ciudad y, por último, la Plaza Cultural, con una fuente y una nueva piscina circular de poca profundidad.

En diálogo con el Paseo Marítimo, cada plaza está activada por un programa de anclaje: el anfiteatro funciona como un café; la plataforma de observación en espiral, que está pintada en el emblemático color naranja de Kamaz, agrega una dimensión vertical; y la piscina circular se transforma en una pista de patinaje sobre hielo en invierno.

DROM diseñó patrones de pavimentación peculiares para cada uno de los cuadrados y espacios integrados que están protegidos de los fuertes vientos cruzados y el sol por “colinas” estratégicamente ubicadas y especies locales de tilos, arces rojos y abetos azules.

Además de los pabellones, Azatlyk Square presenta muebles urbanos y elementos de iluminación a medida, que fueron desarrollados y producidos por fabricantes locales estrechamente involucrados en la creación de un nuevo nicho en la economía de la ciudad.

La estructura de soporte principal para la plataforma de visualización en espiral está hecha con la misma tecnología que se utiliza en la producción de tuberías de gas. Los bancos fueron formados por una fábrica local de hormigón y las lámparas se fabricaron con perfiles de acero estándar. Al mantener la mayor parte de la vegetación preexistente y agregar nuevos árboles, los arquitectos tienen la intención de preservar el ecosistema existente y el paisaje peculiar. Todos estos aspectos ayudaron a la integración natural y al impacto visual de la enorme transformación en el centro de la ciudad, haciendo que el proyecto sea más sostenible, resistente y financieramente viable.

La ciudad y sus habitantes adoptan el nuevo espacio público y las florecientes áreas verdes como un estímulo para transformar un pasado industrial monótono en una viva dimensión contemporánea de la vida que inyecta nueva energía en sus raíces.

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