Inundado con la luz reflejada del mar: House by the Bailucchi

El apartamento es de dos plantas, la fusión de dos unidades diferenciadas, de las cuales la de la planta superior es, sin duda, la más interesante. De hecho, es un ático, alejado del borde del edificio. La entrada se encuentra en la planta baja, donde se encuentran los dormitorios. Conectar los dos niveles fue el mayor desafío; el espacio era pequeño y el desnivel sustancial: 4,20 metros. Un par de escalones conducen a una plataforma de hormigón: es la primera característica de la escalera. Desde aquí, una estructura de metal ligero se abre paso hasta el piso superior. Los peldaños son de roble. El diseño del pasamanos de cuerda náutica azul reinterpreta con vivacidad y soltura ciertos ejemplos de los arquitectos más famosos.

La parte inferior del pasamanos se utiliza para acomodar la iluminación ambiental. El elemento de distribución vertical contribuye, en ambos niveles, a la creación de escenarios y fondos a través de los cuales la mirada se pierde atraída por sucesivos avances que hibridan delicadamente espacios y funciones. Esto permite vislumbres infinitos de la vida cotidiana no solo de la familia, sino también de la ciudad.

La sala de estar, en el piso superior, se extiende en longitud y el rellano de la escalera se ubica precisamente en su centro.A la izquierda está el comedor, a la derecha está el área de lectura y la sala de estar, con una pequeña puerta que conduce al studiolo: una habitación muy pequeña que ocupa una parte de la terraza. El studiolo está sumergido en el vacío, su ventana cuadrada recuerda a la cabina de una grúa. La forma de L de la planta y el techo inclinado producen geometrías dinámicas e intensas. Las aberturas de forma geométrica en las paredes de mampostería siguen el flujo espacial, desarrollando una sensación de refinada curiosidad sobre lo que hay detrás: ya sea la cocina, el studiolo o una pintura. De hecho, el apartamento, en toda su complejidad espacial, está salpicado de obras de arte de la colección privada del joven galerista. Cada cuadro con su propia leyenda. Todos los detalles que hacen que el apartamento se sienta como algo entre un hogar y una pequeña galería habitada.

Toda la sala de estar da a la terraza larga. Al abrigo de los fríos vientos del norte, se abre a la colina de Castello por un lado y al puerto por el otro. Aquí no llegan los sonidos de la ciudad que la mayoría de la gente conoce, dejando espacio para el bullicio del puerto, su ajetreado energía, sus grúas: el corazón siempre activo de Génova. Abajo, en los dormitorios, se han conservado los suelos originales de terrazo genovés. Se ha prestado especial atención a las superficies de las paredes del dormitorio principal: se ha quitado el empapelado, se ha estabilizado el yeso de debajo, una vez alisado, con sus capas de colores e inscripciones.

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