Desde el primer acercamiento, el diseño de Casa Salmar responde a uno de los pilares conceptuales, lograr una fachada principal completamente cerrada, que transmita seguridad y brinde completa privacidad a sus habitantes. Mientras tanto, la casa se abre al interior, aprovechando las dimensiones del predio para generar sus propias vistas.
Es por esto que la casa se desplanta en forma de “L”, desarrollando todas las áreas alrededor del jardín principal en planta baja, y dando lugar a terrazas en los demás niveles que brindan iluminación natural, ventilación cruzada y remates visuales en todas las habitaciones.
Al interior de la casa destaca el recibidor como un espacio de transición a doble altura, que tiene como remate visual un muro recubierto con textura tipo cantera y un árbol como elemento principal. El área de servicio funciona como barrera visual entre el garage y el jardín, mientras que el resto de la planta baja, transparente en su mayoría, conecta todas las áreas públicas libremente con el patio central, generando una interacción y continuidad total interior-exterior. En el nivel uno está destinado para las áreas privadas, donde las habitaciones se separan entre ellas mediante terrazas y espacios de transición.
Para otorgar la mayor cantidad de luz, ventilación natural y conexión con el exterior, todas las habitaciones cuentan con terraza. En el caso de la recámara principal se proyectaron dos, una con vista al patio central de la casa, y otra completamente privada, inaccesible visualmente desde el interior o exterior de la casa.
Por último, el nivel dos se proyectó como uno de los espacios más sociales de la casa, separado de las áreas privadas gracias a un núcleo de circulaciones verticales que limita visualmente el acceso a las habitaciones en el nivel uno. Cuenta con una sala de TV/bar y un roof garden pensado para reuniones.