En sintonía con el nuevo concepto de diseño creado por Francesc Rifé Studio para la marca de moda y calzado ASH, esta tienda, situada en la Marylebone High Street de Londres está marcada por un techo dorado y una ligera estructura metálica que buscan enriquecer las formas simples del espacio.
Con este nuevo diseño, la boutique ofrece la exhibición de producto a través de dos protagonistas. Por un lado, el hormigón que envuelve el interior (desde estanterías a paramentos verticales, suelos y techos) dibujando superficies neutras y minimalistas, y permitiendo a través de una iluminación lineal integrada en los estantes que el calzado entre rápidamente en foco. Por el otro, una columna vertebral en latón sulfurizado se extiende a un lado de la tienda conectando la exposición de calzado con el prêt-à-porter. Se trata de una red que cobra vida a lo alto y ancho del espacio, mientras busca recordar las formas sugeridas por los tradicionales andamios de bambú asiáticos.
El elemento poético se presenta en forma de nube dorada, símbolo de la nueva identidad de ASH. La particularidad de este techo es la integración de multiples agujeros desde los que se proyecta luz puntualmente, siguiendo las necesidades del espacio. La iluminación de esta zona la definen los spots de muy pequeñas dimensiones, provistos de óptica para iluminar bien el producto, evocando unas vistas de cielo estrellado.
La distribución de la planta se adapta a la configuración rectangular de la tienda en la que un pilar central juega el papel de elemento distribuidor. A partir de él nace el mostrador de ventas: un volumen integrado de hormigón convertido a su vez en objeto expositor. En este punto un desnivel estructural permite dividir simbólicamente el espacio en dos territorios principales. Uno de ellos, destinado en su mayor parte al prêt-à-porter, integra un volumen de probador proyectado en espejo fumé gris. En el conjunto conviven también plataformas de exposición, piezas de apoyo en madera de nogal y bancos de asiento de la firma Carmenes.
El lenguaje neutral del hormigón se extiende al escaparate, concebido para trabajar con instalaciones dinámicas y variables. Para contribuir a su protagonismo, la fachada se tiñe de negro en busca de discreción e incorpora una interpretación limpia del logo en latón.