En 1926 el arquitecto Le Corbusier establece cinco puntos primordiales para la arquitectura moderna:
El primero consiste en Pilotes donde la construcción descansa sobre pilares de hormigón permitiendo un mayor flujo espacial; El segundo es una Cubierta plana para situar un jardín; El tercero una Planta libre con espacios interiores sin la necesidad de muros portantes; El cuarto punto consiste en Fachadas libres de elementos estructurales; Y finalmente Ventanas corridas para proveer a las habitaciones y espacios de mayor iluminación.
La Ville Savoye sería evidencia de los cinco puntos de Le Corbusier, una construcción considerada por su gran aportación a la arquitectura moderna del siglo XX. Ubicada a las afueras de París en Poissy, la Villa fue terminada en 1929 como una casa de campo moderna.
En la planta destaca una fachada curva de vidrio que los habitantes rodeaban para estacionar el auto en el garaje, un área considerada por el radio de giro de los automóviles de aquella época.
El nivel superior cuenta con ventanas corridas combinándose con la blanca fachada. El arquitecto creó una serie de rampas que guían hacia la terraza, un recorrido arquitectónico que invita a caminar por la casa en amplios espacios percibidos por grandes ventanas y profusa iluminación.
Actualmente, la Villa está restaurada y considerara casa-museo, protegida como monumento francés y legado de la innovación en la arquitectura de aquélla época.