12 mayo 2020
Trazos de una arquitectura ciudadana: Julio Gaeta
Hablar de la recuperación de espacios públicos desde la arquitectura es una noción que cambia según las acciones de los usuarios. Dentro de su ejercicio como arquitectos y agentes sociales, Julio Gaeta y Luby Springall, han convertido el espacio público en un lugar de expresión ciudadana.

“Vengo de Uruguay, un país que estuvo bajo una dictadura cívico militar de 1973 a 1985. Me tocó todo el proyecto universitario. Los que fuimos estudiantes en ese periodo vivíamos con el tema de la violencia y la injusticia. Todos los buenos profesores eran sustituidos para que la universidad fuera intervenida. Desde luego, con la dictadura existía injusticia, no sólo en el ámbito universitario sino también en el social y político”, rememora Julio Gaeta sobre el momento histórico que le tocó vivir y que, sin duda, marcó su forma de pensar y de ver las diversas situaciones de otros países, como México.
Relata que a su generación le tocó cambiar el mundo en ese periodo tan negativo. “Luchar porque las cosas volvieran a ser como antes; cada uno lo hizo a su manera. En ese periodo yo dirigí la revista de los estudiantes. Por supuesto se tocaban temas que eran trastocados por la injusticia. Cuando vuelve la democracia al país, aparecen dos concursos sobre memoriales que me marcaron enormemente: uno fue el Memorial del Holocausto del Pueblo Judío en Montevideo. El segundo fue el Memorial de los Desaparecidos. En ambos ganamos. A partir de ahí, me di cuenta de que la mayoría de los memoriales en el mundo tienen que ver con la injusticia”.
“Cuando recibimos la convocatoria para el Memorial a las Víctimas de la Violencia en México, nos interesó de inmediato. Teníamos el bagaje que Luby Springall –socia fundadora y directora junto con Julio Gaeta de Gaeta-Springall– había estado trabajando y mi experiencia”, relata el arquitecto.
Después surgieron una serie de contras que se terminaron en cuanto planteamos muchas cosas: era oportunidad de recuperar el espacio público y abordar, al mismo tiempo, el tema de violencia, algo que es muy vigente en este país. Cualquier persona que ha vivido en México durante dos o diez año, ha sido víctima de la violencia, ya sea verbal, física o emocional. Eso fue lo que más nos interesó rescatar y lo que nos motivó, a unido a la pintura de la guerra y las ganas de hacer memoriales”, concluye Gaeta sobre la particular historia que hay detrás de este icónico proyecto al cual hoy se han sumado Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca y Plaza Palacio Legislativo en la Ciudad de México; Centro Universitario de Diseño en Tuxtla Gutiérrez y Plaza Manuel Acuña en Saltillo, Coahuila, entre muchos otros.












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