La iniciativa independiente fundada en la Ciudad de México en 2011, LIGA, creada como plataforma curatorial para incentivar la experimentación en torno a la disciplina arquitectónica contemporánea latinoamericana a través de exposiciones, conferencias y talleres, invitó al dúo Escobedo Soliz a diseñar una instalación efímera para el espacio de LIGA que, bajo el nombre de Tórax, protege el interior de su vacío. Un lugar construido a partir de polines de madera que van creando una rítmica estructura oval.
“Es difícil saber si la estructura de madera en cuestión es el frágil inicio de una construcción (los puntales de una obra en proceso), o si es sin embargo su ruina, lo que queda después del naufragio.”
LIGA
La construcción nos recuerda el esqueleto costillar de una gran ballena, atrapada dentro del espacio de LIGA. El tórax, es un área corpórea que se percibe frágil y flexible a la vez, se trata de un espacio que reprime y protege nuestros órganos vitales: entre prisión y cueva protectora. A partir de ahí, la estructura de madera nos recuerda que se trata del inicio de una construcción, quizá frágil pero con la capacidad potente de recibir concreto para después ser desechada.
En este caso los polines de pino y sus juntas articuladas con ixtle representan al elemento clave en la obra de Escobedo Soliz. Pero aquí, la disyunción entre el envolvente (el piso, techo y muros de la galería) y la construcción temporal interior, generan un espacio intersticial: un testigo de la fricción que existe entre la lógica constructiva y la obsesión arquitectónica. Acompañada de un texto de Pablo Goldin, la muestra cuestiona si la arquitectura tiene la capacidad de liberar y emanciparnos, o si, en su ingenua aspiración ideológica, solamente nos hace prisioneros de su propio sistema.