05 agosto 2019
Tearoom, arquitectura viva
Desafiando la homogeneidad de la arquitectura contemporánea, los arquitectos Ryumei Fujiki y Yukiko Sato crearon un ‘hojo’ capaz de responder a los estímulos externos y a la presencia de sus ocupantes.

¿Cómo sobrellevar el estilo arquitectónico del siglo XX? Grandes edificios con estructuras similares, cuya estructura no responde ni interactúa con el entorno; ambientes encerrados en cuatro paredes.
Respondiendo a estos cuestionamientos, esta obra de arte temporal se desarrolla en una pequeña “cabaña” de 2.7 x 2.7 mts., misma que surge de una convocatoria abierta en 2018 donde arquitectos y artistas mostraron su propia versión de un hojo (cabaña de diez pies cuadrados), el modelo mínimo de la arquitectura japonesa.
Esta pequeña “casa de té” fue concebida por Ryumei Fujiki y Yukiko Sato, quienes jugaron con los conceptos de homogeneidad y distorsión creando un espacio conformado por un patrón aleatorio en el esqueleto que, a través de diversos agujeros que se abrían y se cerraban, lograba una comunicación con el exterior; “respiraba” como un ser vivo.
Los Breathing Pleats instalados en la obra eran capaces de reconocer la presencia de los visitantes y comenzaban a abrirse y cerrarse de acuerdo con el movimiento de las personas. Para los arquitectos era importante no bloquear el entorno externo y su interacción con el espacio interno; por ello, buscaron crear un proyecto que respondiese a las condiciones que lo rodeaban.

La estructura, realizada con paneles CLT de abeto y materiales plásticos procesados a través de tecnología de tecnología digital, funcionaba además, como un taller para realizar dulces, en el que los niños tenían la oportunidad de experimentar una ceremonia del té.






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