Fundado en 2015, WASA es un colectivo de arquitectura basado en CDMX, que trabaja en la intersección entre arquitectura, arte y diseño. Su primer proyecto Espacio Inserto, Encuentro Incierto fue finalista y parte de la selección oficial del concurso Arquine No. 18 (2016).
Al año siguiente fueron invitados como jurado y asesores en el Tecnológico de Monterrey como parte del Encuentro Plástico Espacial UNAM No. 20. El mismo año, recibieron una residencia artística en la ciudad de Los Ángeles, California en el MAK Center for Art and Architecture por parte del Museo de Artes Aplicadas de Viena en Austria. En 2018, fueron parte del festival Mextrópoli en la Ciudad de México con el pabellón Tapetito Tapetote.

Su proyecto, The Machine is Broken!, fue parte de la exhibición HOME, HOOD, HILL realizada por el grupo de residentes no.45 del MAK Center for Art and Architecture en Los Ángeles, California. La premisa fue tener una instalación en el patio de los Mackey Apartments, que reflexionara sobre el término “hogar” y en la cual cada visitante pudiera identificarse e hiciese uso del pabellón.

Durante dicho proyecto, el colectivo reflexionó s sobre el concepto de hogar (home) y sus implicaciones en el espacio privado, principalmente como un estado mental y situándolo como una parte inherente del propio sentido de uno mismo. Se centraron en el término “home” (casa) por sus connotaciones sociales, culturales, personales y filosóficas, en lugar de “house” (casa) el cual se enfoca principalmente en construcción y edificios.

Para ellos, la casa (The Mackey Apartments), que alguna vez fue un proyecto modernista ejemplar, ya ha sido analizada arquitectónicamente por fotógrafos, arquitectos, artistas, entre otros. De la misma manera que otros ejemplos del Modernismo. Por lo que alguna vez fue un modelo ideal de vivienda es ahora una caja vacía, de la cual no queda mucho que decir.
Del lado opuesto, el hogar (humano, memorias, objetos), se convierte en un reflejo de lo que somos por medio de los rastros que creamos a través del tiempo que habitamos un espacio. En el 2018, cuando todos pretenden ser nómadas, ya no podemos llamar casa al modelo de “case study house”.

Para esta instalación de sitio específico, el colectivo interpretó aquello que constituye el término “home” a través de los rasgos que se plasmaron durante su estancia en el departamento 1137-2. La plataforma de concreto fue impresa con huellas de objetos pertenecientes al sitio que contienen las memorias de los residentes por venir. Planteada como una plataforma sobre la cual la gente pudiese caminar, el enfoque vuelve al humano.

Otro de sus proyectos destacados es el pabellón, Tapetito Tapetote, que fue parte del festival de arquitectura y ciudad Mextrópoli 2018. La premisa del proyecto fue tener una instalación en el espacio público de la CDMX que pudiera ser adaptada por los usuarios y fuera flexible en su programa.
El resultado fue un pabellón de madera para el cual colocaron la mitad de las piezas, mientras los habitantes de la ciudad fueron alentados a terminar su construcción y a personalizarlo con el resto de las piezas.

La Alameda Central de CDMX es uno de los espacios públicos que más han contribuido a los recuerdos de los habitantes de la ciudad, y por ello el colectivo decidió o no colocar únicamente un objeto ajeno a la plaza, sino una situación que permitiese a las personas conectarse a través de algo tangible.

Tapetito Tapetote, tomó inspiración en la instalación Semillas de Girasol del artista Ai Wei Wei, en donde una gran parte de la población de Jingdezhen, China produjo la pieza. El pabellón del “tapetito” constó de 6,000 piezas de madera dividido en dos partes. Durante la Parte I, se colocaron la mitad de las piezas y en la Parte II, los habitantes de la ciudad fueron invitados y alentados a terminar su construcción y personalizarlo con el resto de las piezas.

La participación de las personas fue muy entusiasta y surgieron ejercicios que no se habían planteado inicialmente. Por ejemplo, llegó una bailarina con unas bocinas y comenzó a dar un espectáculo, algunas familias lo convirtieron en un salón de juegos, otros hicieron esculturas con las piezas. Así se cumplió el objetivo de que la gente se apropiara del espacio.
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